Tengo que reconocer que lo que me llamó la atención de esta antología de zombis, al menos en un primer momento, fueron los autores que de forma obvia y totalmente interesada, eran remarcados en la portada: Nombres como Dan Simmons, Stephen king, George RR Martin o Neil Gaiman no pueden dejar indiferente a nadie. Lo curioso es que, después de leer esta más que notable colección de cuentos, estos conocidos autores no son precisamente los que han destacado de forma especial (a excepción de Dan Simmons) y en cambio sí que he descubierto otros escritores con relatos increíbles.
La antología Zombies ha sido preparada por Joseph Adams, el cual no es la primera vez que dedica tiempo y esfuerzos escoger relatos de esta temática. Pero el hecho es que la antología está integrada por cuentos de muertos vivientes en todas sus vertientes ... lo que no siempre podemos identificar con la palabra "zombi". Estamos hablando de una recopilación ecléctica de todo tipo de narraciones cortas dedicadas a muertos que se levantan de sus tumbas pero utilizando un abanico infinito de posibilidades: Desde la pura ciencia ficción ("El hombre del burdel") o el western ("El camino del muerto") o el humor descarado ("Con las tetas en la tumba") e incluso cuentos sin ningún ingrediente fantástico (pero con actores haciendo de zombis) en "Bobby Conroe regresa de entre los muertos". La cuestión es que la antología no aburrirá a nadie pues no sólo encontraremos lo que nos pensabamos: Fallecidos arrastrando las piernas por un paisaje postapocalíptico ... también tendremos momentos de reflexión teológica y ética ("La representación de la pasión") o sobre la misma esencia humana en "Tan muertos como yo" o "La era de la aflicción".
La antología se abre con un plato fuerte: "La foto de la clase de este año" (Dan Simmons), un relato en corte clásico de zombis pero con una extraña capacidad de resultar entrañable. En cambio "Planes de emergencia Zombi" (Kelly Link) está bien narrado para ser una historia insustancial pero sufre un final poco entendedor. En "Muerte y sufragio" (Dale Bailey) nos topamos con zombis votantes (sí, con uve). Tras una trama que parece querer hacer humor negro se esconde una historia terrible. Muy bien narrado.
"Flores" (David J. Schowen) es un acercamiento al gore en un cuento corto bien llevado. "El tercer cadáver” (Nina Kiriki Hoffman) es una muy buena historia de terror sobre una chica que se levanta de la tumba para ir a buscar a su amor, la persona que lo ha matado precisamente. En "Los muertos" (Michael Swanwick) los zombis son tratados de mano de obra barata. Bastante original. Otro cuento que destaca es "El niño muerto" (Darell Schtweitzer), un gran relato, tenso y con momentos terroríficos, pero con un final algo descafeinado. Unos niños encuentran un niño zombi en el bosque y lo maltratan ...
En "El zombi de malthusian" (Jeffrey Ford) se habla de experimentos militares que crean zombis y en "El síndrome de Estocolmo" (David Tallerman) nos acercamos a un tema interesante cuando observamos como un superviviente se pone de parte de un zombi particularmente listo. Uno de los cuentos mejor narrados es "Bobby Conroe regresa de entre los muertos" (Joe Hill), un relato que por no ser fantástico (a pesar de tratarse de zombis) está escrito de forma fantástica. Una buena historia. De los mejores cuentos que he leído, más que por la trama, por la sencillez en que el autor te atrapa. En cambio quizás me esperaba un poco más de una autora como Lauren K. Hamilton y su "Los que buscan el perdón”. Una historia que juega con la superstición y la magia; alejada del terror y con efectos un tanto oportunistas. Parece ser que esta se convirtió en una de las primeras historias donde apareció el personaje de Anita Blake, la cazavampiros, las novelas de la que están siendo publicadas por Gigamesh.
Los momentos más irregulares de la antología se encuentran en su centro. "Hermosa como la noche" (Norman Partridge) todavía se salva. Se trata de un cuento sobre zombis modelos en una isla paradisíaca. Tiene buenas ideas pero en general está llevado de forma desigual. En cambio "La pradera” (Brian Emerson) es una paranoia surrealistan infumable y "Todo es mejor con zombis” (Hannah Wolf Bowen) todavía no se de qué va.
"Parto en casa" (Stephen King) es un relato tópico sobre zombis pero con elementos de humor negro. No es de las mejores obras de Stephen King aunque atrapa desde el comienzo. La trama pero resulta poco interesante una vez aparecen los zombis. Entretenida. Lisa Morton nos presenta "Las chispas ascienden hacia el cielo" con un planteamiento interesante (el aborto en tiempos de zombis) pero que resulta poco desarrollado en la trama. En "Hombre de burdel”, George RR Martin nos tasllada a un escenario de ciencia-ficción con zombis. Curioso.
Una aportación muy interesante y entretenida es la de "El camino del muerto". (Joe Landsdale), un buen western con zombi incluido. Con todos los tópicos de los westerns pero muy ameno y también terrorífico. También "El muchacho con cara de calavera” (David Barr Kirtley) es un buen acercamiento al punto de vista de los muertos vivientes. En este caso dos chicos que se convierten en zombis ven la nueva situación de forma diferente. Una buena historia, quizás un tanto precipitada hacia el final. Uno de mis preferidos es este: "La era de la aflicción” (Nancy Kilpatrick), probablement uno de los relatos mejor escritos que narra la soledad y desesperación de la última mujer viva de la Tierra. Mientras se defiende de los zombis recuerda como ha sucedido todo. Excelente.
"Amanecer amargo" (Neil Gaiman) es una reflexión sobre el estado anímico del protagonista comparado con la leyenda de unas niñas zombis. No me ha gustado demasiado. Este cuento da paso a un gran sentido del humor en "Con las tetas en la tumba” (Catherine Cheek), una historia narrada en clave de humor sobre una pija resucitada que busca quién la ha vuelto a la vida. Divertido a ratos pero con un final un poco soso. Pero a continuación llega la obra maestra de la recopilación, el mejor relato, aquel que merece un 10: "Tan muertos como yo” (Adam-Troy Castro). Excelente. Una narración sobre lo bajo que puede caer una persona para sobrevivir a un holocausto zombi. Escrito en segunda persona, no hace concesiones al lector. Engancha por su crudeza y por la falta de emotividad. Perfecto.
"Zora y la zombie" (Andy Duncan) nés un relato ambientado en la vida real de Zora Hurston, antropóloga y escritora que en los años 30 realizó una labor investigadora y divulgativa del vudú y los zombis por Haití y Jamaica. El cuento tiene algunos elementos de interés, sobre todo rescatar la figura de Zora pero no acaba concretando demasiado, quizás a resultas de basarse en hechos reales. Otro magnífico relato es "Calcuta, el señor de los nervios" (Poppy Z. Brite). Una aterradora muestra de lo que una plaga zombi podría hacer en una ciudad, que ya vive medio zombi, como es Calcuta. Descripciones y situaciones grotescas narradas por un observador que vuelve a su ciudad natal. Imprescindible. "Seguidos" (Will McIntosh) es un relato con aires ecologistas que hace una crítica directa al consumismo masivo y el derroche de la sociedad occidental. Una serie de cadáveres siguen a quien desperdicia o directamente hace daño al medio ambiente y al tercer mundo. Muy interesante y bien llevada, pero le falta quizá algunas explicaciones iniciales de cómo se produce este fenómeno.
En la antología también hay lugar para autores clásicos con "La música del zombie" (Harlan Ellinson & Robert Silverberg). Una obra donde interviene Silverberg ya tiene unos puntos a favor. Si a esto le sumamos originalidad y buen hacer tenemos este trabajo, donde un cadáver es resucitado periódicamente para que toque un instrumento en un concierto. El relato es un canto a la vida ya la pasión del arte. En "La representación de la pasión" (Nancy Holder) nos abren las puertas a la reflexión. Pretende dar juego al debate ético sobre hasta qué punto los zombis son seres sin alma ni tienen emociones, hasta qué punto los deberíamos tratar por igual. Bastante bien llevado y con una buena puesta en escena - nunca mejor dicho-. El penúltimo: "Casi el último relato de casi el último hombre” (Scott Edelman) se nos presenta con un conjunto de microrrelatos unidos por otro más grande que no me ha acabado de convencer. El último relato de zombis de un escritor atrapado por una holocauste zombi ... pero es demasiado largo y a menudo peca de querer parecer demasiado sofisticado. Por último, otro gran relato: "Así declina el día” (John Langano). Muy interesante esta obra semi teatral, semi narrada. Una puesta en escena sobria, descrita como una obra de teatro pero con monólogos insertados de forma eficaz. Alguno de ellos, como el de Mary realmente aterradores, de los que te hacen remover el estómago. Muy bien.
En definitiva, una antología donde podemos encontrar verdaderas joyas del terror relacionado con la corriente zombi. Recomiendo leerla por partes, para digerir los diversos aspectos que el autor plentea en circunstancias que tienen algo en común (el muerto viviente) pero que dependiendo del enfoque y del escenario, nos proporciona visiones que uno no hubiera llegado a soñar.
Eloi Puig, 10/02/11
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