La bomba número seis y otros relatos
CF- ANTOLOGÍA
 

LA BOMBA NÚMERO SEIS Y OTROS RELATOS
Pump six and other stories
(2008)

Paolo Bacigalupi

Editorial:
Random House
Mondadori
(2013)


Colección:
Fantascy

Núm:
---

Páginas:
395


   
La bomba número seis y otros relatos

Un nombre como Paolo Bacigalupi ya no debería sonar extraño para los aficionados de este país. Plaza & Janés nos presentó hace dos años su primera novela, muy impactante por original y cruda: La chica mecánica. Un año más tarde nos llegó El cementerio de barcos, una nueva aportación al futuro decadente, contaminado y sin energía que tanto gusta explotar al autor; una novela además, también apta para los más jóvenes. Y finamente, a través ahora del sello Fantascy, nos llega la recopilación de los cuentos de Paolo Bacigalupi, los relatos que lo dieron a conocer en el mundo anglosajón en la pasada década y que ha traducido -nuevamente- el incombustible Manuel de los Reyes, toda una garantía que el calor bochornoso, el hambre y la desesperanza que plagan sus páginas se nos seguirá pegando al cuerpo y a la mente de la misma manera que hubiera querido el autor .

La bomba número seis y otros relatos es el título elegido para esta antología. De hecho hace referencia al cuento quizá más extraño de todos -de esto hablaremos más adelante- pero el total de once historias que la componen comparten unas características similares: El pesimismo, el hecho de afrontar una realidad pura y dura en unos futuros distópicos, no tanto a causa de la política o los totalitarismos, si no por la contaminación, la falta de energía, las revueltas sociales etc... pocos relatos escapan de esta visión negativa de nuestro futuro, en todo caso alguna joya como "La chica aflautada" o "Seres de arena y escoria" son aportaciones un tan diferentes - y no por ello menos pesimistas -. Un rasgo que también comparten muchas de las narraciones es que Bacigalupi las termina de forma poco convencional, no buscando el final original que dé la vuelta a un arco argumental cocinado para engañar al lector, si no al contrario: Ofreciendo finales abiertos, finales que el lector puede interpretar de varias maneras, como invitándole a continuar, como si Bacigalupi quisiera que escribiéramos nosotros el fin, o como si miráramos de escribir una conclusión mejor, más positiva, más alegre... pero quizás para poder alcanzar una final más optimista, habría que reescribir el planteamiento desde sus inicios, o sea desde ahora mismo ...

Pero mejor repasemos los cuentos uno a uno:

"Un bolsillo llena de dharma" no sorprenderá a los seguidores de Bacigalupi pues el entorno en que ocurre la acción es fácilmente digerible por quien ya haya leído obras anteriores: Asia, concretamente la ciudad de Chegdu, en China. La puerta de entrada al Tíbet - o de salida - desde siempre. La atmósfera decadente, bochornosa - otra vez - ,llena de olores, de acentos, dialectos y culturas que conviven en los barrios bajos chinos y también en los nuevos rascacielos inteligentes son en realidad parte del modus operandi de Bacigalupi: rodearnos de una atmósfera enrarecida para que ésta nos consuma al igual que consume a sus personajes. Aquí, un pequeño sinvergüenza se ve involucrado en el tráfico de información, la cual viene almacenada en un cubo de datos que va pasando de mano en mano. Muy interesante el contendifo de este cubo, y creo sinceramente que da para hacer un relato más largo, tal vez incluso en una novela, y más teniendo en cuenta que el final es un poco decepcionante por como lo deja y por las repercusiones de la historia planteada .

Seguimos con "La chica aflautada", un poco de aire fresco entre tanta aglomeración asiática . También ambientada en un futuro, diría que más lejano, donde las prácticas feudales han vuelto sin renunciar a la tecnología. Esta es la historia de una chica entrenada para ser parte de un espectáculo único que sólo sirve para levantar el ego de los señores feudales y para formar parte de sus intereses económicos. Pero el relato es algo más: Una crítica a la explotación infantil, a la futilidad de ciertas exhibiciones y en definitiva a muchas de las banalidades de nuestra sociedad. Hay que añadir que los momentos estrella de la narración son cuando se representa sobre un escenario el trabajo y el trabajo de años de prácticas, operaciones y carencias. La visión del espectáculo es vivida tanto por los personajes del cuento como el lector: una narración de lirismo fantástico donde los ojos te parpadean y el estómago se te revuelve por partes iguales. El final una vez más, abierto, para que el lector decida, para que cada uno escoja lo que debe pasar, como debe concluir la historia.

El relato más acorde con los cánones de la ciencia ficción menos dura y más alejada de nuestros actuales problemas sería sin duda "Seres de arena y escoria", un cuento sobre la deshumanización, sin llegar a los extremos que veremos en "Respuesta evolutiva" pero siempre teniendo presente en qué se ha convertido la humanidad en un futuro lejano: en seres que ya no dependen del planeta para vivir; de humanos que han perdido la personalidad y que sólo acatan órdenes de multinacionales mientras se alimentan de arena y escoria. No hay dolor, no hay temor, y por desgracia casi no hay curiosidad. La aparición de un animal vivo hará trastornar la apacible rutina de tres soldados hasta el punto que los animará a plantearse preguntas inquietantes.

"El Pasho" es un relato más sobrio  más fundamentado  también ambientado en un futuro en una zona indeterminada de Asia, donde el hijo pródigo vuelve a casa después de ascender a Pasho, una especie de mezcla entre gurú y sabio; los cuales conocen secretos y tecnología suficiente para ser respetados por todos. Es un relato lento, que camina despacio, quizás ligado al desierto y la falta de recursos de la zona descrita en el cuento, pero que - para variar - llega por sorpresa a un final muy digno, que cuestiona el papel de las civilizacion más avanzadas en el arbitraje del mundo y de sus cultures. Muy interesante a pesar de la falta de ritmo del principio.

Dentro del mismo universo de La chica mecánica encontramos este cuento, "El fabricante de calorías" que nos sitúa esta vez los antiguos EE.UU., el delta del Mississipi - al igual que en El cementerio de barcos - para ofrecernos una pequeña epopeya de un traficante que tiene que ir a buscar un biólogo capaz de hacer tambalear el status quo que mantienen las compañías agrícolas con sus productos transgénicos. Un cuento quizás de corte clásico con un final predecible pero no por ello menos interesante .

"El cazador de tamariscos" vuelve a hablar sobre la escasez de recursos, en este caso uno tan vital como el agua. En un futuro donde EEUU se ha desmembrado en zonas y territorios como California que captura el agua de otras partes del país - o lo que queda de él -, los cazadores de tamariscos - una planta que puede absorber mucha cantidad de agua - sobreviven como pueden traficando precisamente con esta fuente de vida. Este es un relato también pausado, que busca más hablar de un trasfondo político y medioambiental trascendental para mostrarnos una forma de vida que se extingue, y donde los primeros en recibir, como siempre, son los más desfavorecidos. El final tampoco es concluyente y deja demasiados interrogantes y un sabor un tanto amargo porque se nota como Bacigalupi sólo le interesa explicar este futuro traumático y no tanto los personajes que se desarrollan en él. Quizá por eso parece que su próxima novela estará ambientada en ese futuro concreto, quizás para profundizar más.

Llega uno de los platos fuertes de la antología: "Respuesta evolutiva", una narración muy dura sobre la deshumanización de nuestra civilización cuando ésta aprende a dominar la muerte y a combatirla de forma efectiva, cuando en definitiva la especie humana puede alcanzar el mito de la eternidad a través de los fármacos. No es una teoría nueva al señalar que si el ser humano fuera inmortal, la sociología, el comportamiento humano, las artes, las ciencias... se resentirían de una forma devastadora para la misma sociedad. En este caso, la intolerancia de la población a procrear, a seguir aumentando una humanidad que nunca muere, provoca que por ley esté prohibido tener hijos y éstos deban ser ejecutados al punto de descubrirse. El instinto maternal - y también paternal - pero, parece rebelarse en contra de este dictamen de carácter obligatorio. Nuestro protagonista es un policía dedicado a encontrar mujeres procreadores y asesinar a los hijos que hayan nacido. Como decía, Bacigalupi no tiene pelos en la lengua, ni le tiembla la pluma cuando hay que escribir sobre temas delicados.

Quien haya leído La chica mecánica identificará el título de este cuento, "Tarjeta amarilla" . Excepcional. No tanto por el argumento en sí, inscrito dentro del universo de la mencionada novela donde de hecho comparte uno de sus protagonistas, si no por la excelente ambientación del cuento. Bangkok, ciudad de refugiados chinos - tarjetas amarillas - provenientes de la península de Malaca, ciudad de intenso bochorno, de olores impenetrables, de toques de queda, de palizas por parte de la policía del Ministerio de medio ambiente, de hambre, de plagas transgénicas... todo esto y más . Si en La chica mecánica, me cogía calor sólo empezar a leer sus páginas, aquí, esta es aún más acentuada, incluso sudas. La claustrofobia de los pisos atiborrados de chinos que huyen de las masacres de la noche, las largas colas para encontrar un trabajo en un mundo sin recursos, la suciedad, la inmundicia, los megadontes modificados genéticamente... si os gusta este cuento, os encantará la novela, o viceversa.

Para serenar los ánimos, encontramos otro gran relato con el título de "Suave", el único de temática no fantástica, más afín con el género negro. La historia de un asesino que mata sin proponérselo, sin motivo, sin que tuviera ningún interés en hacerlo... pero a la hora mata sin remordimientos, sin arrepentirse de nada. Un cuento muy curioso y muy bien narrado, con momentos tensos y con otros llenos de ironía, un cuento que por la verosimilitud de lo que nos propone, nos hace estremecer, donde se demuestra que el terror cotidiano puede tomar mil y una formas sin tener que pasar por el entorno fantástico.

Curiosamente, "La bomba número seis", el relato que da título a la antología es una de las historias que menos me han gustado. Quizá el tono irónico, sutil, de querer hacernos reír, quizá lo absurdo de su planteamiento, también en un futuro distópico donde las habilidades y la inteligencia de los humanos merma a ritmos muy preocupantes, no me ha terminado de entrar como mensaje. El ritmo del cuento es bueno, intenso incluso, pero la he encontrado poco creíble y quizá esto no ha acabado de despertar en mí el mismo entusiasmo que el resto de historias.

Y para terminar, "Pequeñas ofrendas" , el relato más corto de los que integran el libro. Otro cuento duro que plantea un futuro, en este caso, con graves problemas de fertilidad. Es una historia no demasiado bien llevada que a pesar de su dureza, no engancha al lector como otros.

Para resumir: una antología de futuros distópicos inteligente, muy bien narrada y verosímil. Naturalmente, unos cuentos gustarán más que otros pero todos ellos tienen algo especial que no dejarán indiferente a nadie  ni al más escéptico. Me atrevería a decir que es imprescindible, y más si sois ya, como yo, seguidores de Paolo Bacigalupi.

Eloi Puig, 23/09/2013

 

Premios:

2008 Locus a la mejor antología

 

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Relatos que contiene esta antología:
Un bolsito lleno de dharma
La chica aflautada
Seres de arena y escoria
El pasho
El fabricante de calorías
El cazador de tamariscos
Respuesta evolutiva
Tarjeta amarilla
Suave

La bomba número seis

Pequeñas ofrendas
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