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Por desgracia, pocas veces puedo afirmar que una novela de carácter fantástico escrita en catalán traspase fronteras y alcance un nivel de aceptación más que notable por crítica y público. Probablemente uno de los últimos casos se dio con la incombustible La piel fría y la posterio -y aún más genial- Pandora en el Congo de Albert Sánchez Piñol. La novela que nos ocupa, El año de la Plaga, del premiado Marc Pastor, aun no puede compararse con los ejemplares antes mencionados, pero personalmente apuesto fuerte por ella para que dentro de un tiempo se convierta en un clásico dentro de la literatura fantástica catalana.
El año de la plaga no es una obra original, ni siquiera innovadora: Bebe de fuentes muy viejas, de clásicos anglosajones de principios de los 50 y los sesenta como Amo de Títeres de Robert A. Heinlein o La invasión de los ladrones de cuerpos de Jack Finney. Pero Marc Pastor tiene un estilo que engancha, una prosa que combina lo cotidiano con la aventura, la intriga con los problemas domésticos, de manera que como quien no quiere la cosa, la novela nos captura y no nos deja marchar.
Hay que decir que El año de la plaga empieza de forma lenta, sutil, como una narración costumista sobre las relaciones de pareja. Un principio de narración donde el autor ya deja ir sus tics, su estrategia para acercarnos al personaje principal: Víctor Negro, el coordinador de una empresa de asistentes sociales para personas mayores. Un personaje enamorado de la cultura popular: Películas, libros, música ... un friki declarado que trata de superar una relación pasada y que se encuentra con unos extraños suicidios de ancianos que lo trastornan. Su imaginación jugará en este caso a su favor para abrir la mente a las poco probables causas a que apuntan los acontecimientos.
Marc Pastor juega con constantes referencias a la cultura pop contemporánea, especialmente hacia las películas y a la literatura, sobre todo de ciencia ficción. Quizás algún lector que no siga series o películas de este género, que no esté metido dentro del ambiente freak no capte muchas de las sutilezas y comparaciones de que hace gala el autor. Con cierto orgullo tengo que decir que sólo se me han escapado algunas ... es como si disfrutáramos cómodamente de un episodio de The Big Bang Theory sentados en el sofá de casa, con todas las guiños y referencias a las series y libros que nos gustan pero con un episodio donde el humor escasea de forma vertiginosa y donde, a medida que avanza la trama, intuimos que la cosa no acabará bien.
A partir de estas primeras decenas de páginas presentándonos la vida de Víctor Negro, la narración da un salto y de repente se vuelve un thriller de ritmo trepidante que no nos deja respirar y que en momentos puntuales nos remueve el estómago. Las frases ingeniosas han dado lugar a los momentos de calma tensa de The Walking Dead. La emoción está servida.
Nos encontramos pues con una narración en primera persona centrada en un único protagonista y en sus virtudes y defectos. Uno de estos pros, es su cultura de género. El mismo Víctor Negro compara la situación en que se encuentra con los hechos narrados en libros y películas bien conocidos donde se relatan invasiones famosas del mundo del celuloide o de la literatura fantástica. Marc Pastor realiza un homenaje explícito a estas obras predecesoras, sin esconderse ni un pelo. Como decía, el autor no pretende ser original, si no escribir sobre un género el cual está muy bien fundamentado con obras clásicas pero al que quizás le hacía falta un toque diferente, más actual, para ofrecernos una buena historia de ciencia ficción como esta. Es un hecho parecido a la renovación que ha realizado Robert Kirkman con la serie Los muertos vivientes pero en versión de invasión sutil.
La lectura de El año de la plaga no debe quedar sólo como entretenimiento de literatura de género, es bastante más que eso, porque como toda buena obra de ciencia-ficción nos ayuda a reflexionar también sobre temas trascendentales. Al autor le interesa hablar sobre la humanidad, sobre lo que nos hace humanos, sobre cómo diferenciamos quién lo es y quién no. El año de la plaga es un retrato sobre lo que significa sentirse humano, persona: Instinto de supervivencia, instinto de superación, de esperanza ... no jugar a ser un héroe o intentar dar a la vuelta a una situación que nos viene grande. En este punto el protagonista, Víctor Negro, es una persona muy cercana a nosotros pues no tiene ninguna vena heroica, no toma decisiones unilaterlas que decide de forma clara ... es una persona que le ha tocado vivir una pre-apocalipsis sin saber qué hacer ni a quien recurrir ... con las dudas normales que todos tendríamos en su situación, y más después de los hechos de la página 214 - a partir de aquí la numeración del libro no avanza, en una metáfora curiosa sobre la llegada del apocalipsis, del estancamiento de la sociedad y de nuestro mundo- donde su visión cambia radicalmente y las dudas sobre la realidad que le rodea le llevan a un campo de cultivo propio de las novelas de Phillip K. Dick
El año de la Plaga es una muy buena novela pues, una historia que se centra en describirnos como va llegando una catástrofe no anunciada, una invasión o plaga de carácter mundial que nos quiere de rebote definir el alma humana. Quizás a veces su lenguaje llano y poco incisivo nos puede ofrecer una visión distorsionada del mensaje que nos quiere dar Marc Pastor, pero creo, como decía al principio, que poco a poco esta novela alcanzará un éxito parecido al que hace unos años catapultó otros escritores catalanes que se lanzaron a escribir literatura fantástica - aunque no les guste reconocerlo-.
Cuidado con los eucaliptos, no todos curan la tos ...
Eloi Puig, 21/04/11
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