Qué locura, tú
La editorial Chronos vuelve a apostar por una novela de Adrian Tchaikovsky. Después de las muy buenas sensaciones recibidas con Trescafocs, ahora llega el turno de Un dia tot això serà teu, recién salida del horno en inglés y que en pocos meses ya la hemos visto publicada en catalán, la primera lengua a la que se ha traducido. Pim pam chicos, y créedme, vale la pena.
Decía, que esta novela es una locura, eso sí, es una paranoia amable, divertida, estrambótica y sobre todo adictiva. Algunos podrán decir que es la enésima novela de viajes en el tiempo y tendrán razón. Pero se olvidarán de decir que es una aventura original que trata a este subgénero de manera fresca y desinhibida, de forma trepidante y absolutamente delirante y que consigue con creces lo que se propone: Hacer pasar un rato memorable al lector.
Nuestro protagonista es un guerrero retirado, un soldado que luchó, sufrió, perdió y venció innumerables batallas pasadas... a través del tiempo. Y especialmente es un veterano de la última guerra de todas: La Guerra de la Causalidad. Nuestro hombre, maduro pero de una edad indeterminada que ni él mismo sabe decirnos cuál es, ha establecido su residencia en un paraje bucólico, en una granja aislada, rodeada de cultivos y de robots que le hacen la faena y donde sólo tiene la compañía de su amada mascota Miffly, a la que recogió hace... ehm... mucho tiempo desde un entorno, digamos, primitivo.
¡Ah! La vida tranquila, serena, plácida de una persona que ha cumplido con su deber y que ahora vive haciendo lo que siempre ha querido hacer: Descansar. Claro que también debe ocuparse de los viajeros del tiempo que de vez en cuando lo visitan huyendo de pasados distópicos o con esa ansia de conocimiento en los ojos cuando descubren una tranquila granja aislada... al final del tiempo. Porque así es, nuestro enigmático soldado vive en un punto del espacio-tiempo que establece de cuello de botella, algo parecido a un peaje y de este modo cualquier genio o científico que invente alguna catastrófica máquina del tiempo debe pasar por allí... para saludarlo.
Como podéis intuir, Tchaikovsky ha construido una novela con un trasfondo humorístico, pero que también podemos etiquetar como antibelicista y porque no, además como una aventura gamberra, llena de humor negro y donde el lector simplemente debe empezarla para disfrutarla sin cesar. No intentéis entender todas las paradojas y situaciones inverosímiles creadas por los viajes en el tiempo. En este punto hay que dejarse llevar, algo como ocurría con la poética Así se pierde la Guerra del tiempo aunque aquí el estilo incansable de Tchaikovsky convierte esta obra en una historia más abocada al humor.
Así pues, ¿Qué os espera al adentraros en esta enésima novela de viajes en el tiempo? Mucha diversión y humor negro, ya lo he dicho. Pero también espectáculo, sentido de la maravilla y aventura. Sí señoras y señores, como diría un maestro de ceremonias de un show: ¡Acercaos! En esta aventura encontraréis todo lo que podíais imaginar sobre las paradojas temporales: ¡Pasados que se reconvierten en futuros que sólo duran instantes! ¡Combates épicos entre los genios del mal de todas las épocas y todos los universos! ¡Futuros utópicos imposibles pero que parecen empeñados en retener su realidad a toda costa! ¡Oh! ¡Y una historia de amor con decenas de intentos de asesinato por ambos lados! Y Miffy, pobrecita, que siempre espera dando saltitos la grata presencia de los viajes temporales.
Un día tot això será teu es una obra corta, dinámica y pensada, creo, más como terapia para que nuestro prolífico Adrian Tchaikosky se relaje y se desahogue escribiendo entre tanta saga y saga. Pero lo mejor de todo es que el lector es quien sale ganando con estas pequeñas historias independientes que nos trae el autor británico. No os la perdáis. La devoraréis en pocas horas y os servirá para estimularos entre novelas más trascendentes y voluntariosas.
¡Ah! Al parecer tendremos más Tchaikovsky en catalán en breve. ¡Estaremos, obviamente, al acecho!
Eloi Puig
11/02/2022
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