Esto va de democracia.
Sí, de acuerdo, me he apropiado de forma unilateral y sin ningún tipo de vergüenza de la frase que se está pronunciando estos días en el Parlament de Catalunya para defender la actuación de su presidenta. Pero es que la frase es un resumen breve de la intención de Adam Roberts: Hablarnos de la democracia real, de una forma de hacer política que se aleje de la corrupción y del inmovilismo de forma que fluya y se adapte a los cambios y ofrecernos posibles vías de análisis de esta política especialmente palpables a través de la libertad tecnológica que ofrece internet.
¡Ey! Detengámonos un poco y recapitulemos que sino esta reseña se me puede ir a pique. Rebobino y empiezo de nuevo: La editorial Gigamesh nos presenta una novela contemporánea como ella sola que trata de política, guerra y democracia. Una novela vigente pero que no deja de ser una utopía, una historia confeccionada bajo un punto de vista concreto, de un personaje idealista sobre los valores democráticos y que intenta trasladarnos una necesidad que todos percibimos en nuestro entorno, aunque sea dirigida por senderos bélicos. Todo esto y más es Ejército Nuevo Modelo.
Europa. Un cúmulo de naciones, un enjambre de estados que de vez en cuando van cambiando las fronteras (voluntaria o involuntariamente). Un conjunto de pueblos que siempre han arrastrado juntos el peso de los enfrentamientos por cualquier causa supuestamente justificable, sea económica o religiosa. Europa es un campo de batalla constante de lenguas, naciones y maneras de pensar diferentes por mucha uniformidad que pretendan vender los partidos de la derecha. Europa es el sinónimo - con permiso del lejano Oriente- de la esencia del feudalismo, un parámetro que se arrastra desde hace siglos en muchos aspectos de nuestra vida. Como en la guerra.
Tony Block es nuestro protagonista. Es inglés y lucha en un ENM (Ejército Nuevo Modelo) por la liberación de Escocia. ¿Cómo se entiende esto? De forma simple: hace su trabajo, es soldado y pertenece a la ENM Pantegral, un ejército contratado por el Parlamento Escocés para convencer a las tropas de Su Majestad la Reina de Inglaterra que los escoceses quieren seguir su vida en paz.. . y solos. Un hecho que se puede aplicar a media Europa y a nuestro país también. "Esto va de democracia" decía al principio. Y aquí está el tema. Los escoceses votan que quieren marcharse y los ingleses dicen que no. - El libro fue escrito en 2010, años antes del referéndum vinculante sobre la independencia de Escocia-. Así que como no tienen suficiente dinero ni gente para defenderse contratan un ENM. ¿Y qué es un ENM os preguntaréis? Pues un ejército de soldados que luchan por que quieren (y cobran, claro) que funciona de forma democrática. Todos - los que lo desean- votan por cada acción, por cada ataque, por cada retirada. No existe jerarquía militar, no hay órdenes absurdas que envían a cientos de personas a una muerte segura. Los ENM funcionan diferente. Son flexibles, se pueden desplegar en horas o replegarse en minutos, camuflados entre la población. No usan uniformes, todos saben hacer más o de menos de todo (luchar, curar, tácticas militares etc ...) y todos van a la una, una vez que las votaciones se han realizado, cuando la democracia real se ha ejecutado.
Para poder llevar a cabo este tipo de enjambre que funciona como un solo hombre, se usa tecnología punta en forma de redes de internet, mapas de posicionamiento en tiempo real de google, wikis que permiten la comunicación - y el voto- de forma instantánea etc. Y todo esto es lo que nos cuenta Tony Block en primera persona y en plena batalla: Cómo funciona la democracia radical de los ENM frente a los ejércitos convencionales de ascendencia feudal... y como ganan batallas y guerras a pesar de poseer menos personal y menos armas.
Naturalmente, uno puede tomarse estas teorías democráticas como utopías sin demasiada fortuna. Pero si miramos alrededor observamos cada vez más que la democracia actual parece que sólo contente a unos cuantos, parece que votar o debatir propuestas democráticamente sólo se pueda hacer cuando un bando se sabe ganador... es una democracia al uso, que se interpreta según los intereses más partidistas.
Sí, algunos pensaréis que estoy comparando la política actual catalana - con los ataques contra la democracia etc a la que está sometida desde hace años- con las propuestas del libro. He puesto ejemplos que tengo cerca porque los conozco mejor y los vivo cada día pero podrían aplicarse a cualquier lugar del mundo. La democracia real que despliegan los ENM debería poder trasladarse a todos los ámbitos de la sociedad futura. No sólo los bélicos, naturalmente. El hecho de que el ejemplo que nos pone Roberts sea una futura guerra entre Escocia y el Reino Unido es sólo un ejemplo. En la segunda parte del libro, sin ir más lejos, se centra en la liberación de la castigada región de la Alsacia, siempre codiciada por franceses y alemanes. Podría poner muchos otros (de hecho en algún momento expone la existencia de decenas de ENM por Europa y algún por EEUU) pero no importa donde actúen los ENM sino el cómo actúan y ganan... porque los enormes monstruos pseudo-feudales reflejados en su poder sucumben a unos hombres que luchan simplemente de forma diferente, sintiéndose todos parte del mismo.
La novela es una curiosa mezcla de ensayo utópico y de aventura bélica. La voz de Tony Block nos acerca a la realidad con un lenguaje cercano, con una complicidad alejada de lo trascendente. Es una lectura agradable que no aburre pese a notar a menudo como la propaganda democrática se instala de forma sistemática en varias páginas. Curioso hablar de propaganda democrática ... cuando se supone que todos somos demócratas convencidos verdad?
Pero este semi ensayo novelado tiene luces y obras. No sé si Roberts ha querido forzar demasiado la máquina. La obra está estructurada en tres partes muy diferentes. La primera es la que ocupa un 70% de las páginas y es a la que encontramos la información de todo lo que he estado comentando hasta ahora. La segunda, centrada como decía en la Alsacia es diferente. Posee pasajes fascinantes tan simples como describir un asalto armado en el centro de Estrasburgo pero también de otros donde la filosofía se hace pesada, donde las descripciones parecen más bien hechas en una noche de moral baja, donde parece que el autor atienda más a la poesía que en la narrativa. Y lo peor es que no deja las cosas claras, como ocurría en la primera parte. No conocemos exactamente los métodos de cómo se pretende destruir un ENM o de cómo hacer cambiar la tendencia arrolladora de este tipo de ejércitos.
Poco a poco la traza narrativa de Roberts se va exagerando. Creo que ha querido dotar de vida propia a la novela, especialmente en la tercera - y más corta- parte, llamada "Yo, gigante" donde de repente quiere convertir sus apuestas teóricas en un cúmulo de información estable que pretende resultar mayor que la suma de sus partes, como el homo gestalt que Sturgeon nos mostró en Más que humano, pero a una escala mil veces mayor.
Oh sí! Roberts no se queda corto con todo lo que quiere abastar pero en mi modesta opinión no lo consigue del todo. Sí que alcanza la importante hito de abrirnos la mente a que las nuevas tecnologías podrían facilitar que la democracia tal como la conocemos hoy en día fuera más estricta, más dirigida a lo que los pueblos anhelan. Fijémonos en esta cita de la página 21:
"En el mundo de la política actual no gozamos de democracia, sino de una oligarquía interrumpida por contiendas electorales periódicas para determinar quién Tiene mayor influencia sobre los medios de comunicación"
En resumen. Esto es lo que piensa cada vez más un buen porcentaje de la población. Sí, en este sentido el autor consigue que sus - por ahora- utopías sobre democracia y belicismo sean incorporadas a nuestra psique de forma bastante loable. Sin embargo hubiera sido muy interesante conocer más de los orígenes de los ENM especialmente de cómo se crean, como se reclutan a los soldados voluntarios, si todos tienen los mismos ideales democráticos o si también hay ovejas negras etc ... para sostener este sentido de credibilidad de forma más eficiente.
Muy bien hasta aquí. Pero a partir de la segunda parte y especialmente la tercera, la filosofía implícita en la obra se dispara y acaba siendo muy confusa. Este homo gestalt que mezcla por igual la carne y la información parece narrado bajo efectos alucinógenos. No es sólo que cuesta seguir el ritmo sino que a diferencia de la democracia radical que nos exponía al comienzo y a la que podíamos adoptar en mayor o menor grado, esta tercera parte no nos la acabamos de creer.
En definitiva, Ejército Nuevo Modelo es una de las lecturas más originales que me he encontrado este año y entiendo porque Gigamesh ha apostado por ella pero me ha dejado un sabor agridulce en sus últimas páginas por poco concretas y por no seguir las reglas que hasta entonces se establecían en la novela. Sin embargo vale la pena meterse en la piel de Tony Block y ver como defiende la democracia dentro de un ENM. Fascinante sin duda.
Y recordad que a pesar de la estridente portada del gran Corominas donde unos soldados están asesinando a un icono del juego del Monopoli y donde se puede vislumbrar un retrato de la reina de Inglaterra ardiendo...
...Esto va de democracia.
Eloi Puig, 24/12/2016
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