Els fils del mar
FANTASÍA
 
     
 
 
 
 

ELS FILS DEL MAR
(2023)

Inés MacPherson

Editorial:
Spècula
(2022)


Colección:
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Núm:
03

Páginas:
256

Ilustrador:
Àlex Santaló


Otras ediciones:

No existen ediciones castellano

 
     
Els fils del mar

Que Inés MacPherson es una gran narradora de cuentos (de viva voz) es un hecho innegable, pero además, hace ya un tiempo que su vertiente de escritora de relatos también está bien cimentada. Y es que los tres cuentos que había leído de ella hasta ahora me parecieron excepcionales. Vaya, dos excelentes (“NEAT”, en Extraordinàries, y “Sobre pelll”, en Narranación 8 y un notable altísimo (“Organismes” en Freakcions 7) que se dice pronto. Pocas veces he visto un arranque tan fulgurante, quizás sólo en el caso de otra musa de las letras fantásticas como Roser Cabré-Verdiell.

Así que tarde o temprano debía llegar su primera novela que es la obra que nos ocupa. Y de la mano de la editorial Spècula nos llega Els fils del mar (Los hilos del mar), con un título, quizás poco sugerente y una cubierta que estimula la imaginación. No sabía absolutamente nada de la novela pues no pude asistir a ninguna presentación del libro; por tanto lo empecé sin ninguna expectativa. Y claro... he flipado mucho.

Pero vayamos a palmos: Els fils del mar no comienza con fuerza ni con empuje. Es más, su primer capítulo está repleto de descripciones lánguidas, de recuerdos que vuelven y de una nostalgia que engaña y que parece quemar en la mente de Janira. El ritmo es tan pausado como un oleaje que va y vuelve, con calma y que se deshace en una playa.

Así pues, es un comienzo, que si bien está bien escrito, no invita demasiado a acercarse a una historia que hace sentir al lector algo fuera de juego, como si se involucrara en un asunto que no le pertenece. Pero después sigues leyendo y a los recuerdos de Janira se añaden los de otras muchas personas —chicas— de un lugar indeterminado de la costa donde suceden hechos espantosos. Y claro, aquella energía que tan bien había escondido la autora, estalla y nos atrapa. No, nos ataca, nos golpea y deja aturdidos hasta el final de la novela. Al igual que me pasó con su relato “Sota pell” que el principio parecía una historia cotidiana sin especial interés, acaba convirtiéndose en una pesadilla angustiosa como pocas.

Nuestro escenario es un pueblo. Una gente sencilla, pescadores del mar, pero también agricultores a la fuerza. Un lugar extraño, parece que alejado de todo pero lo suficientemente cercano como para que lo vislumbramos de reojo, dentro de nuestra memoria colectiva, quizás décadas atrás, aquí en nuestra casa, en la costa catalana, ¿por qué no? (al menos por los nombres propios así lo suponemos) pero también es una aldea que se rodea de realismo mágico y de leyendas míticas y que con espíritu crítico y de forma explícita también es un grito contra el arrinconamiento de las mujeres en una cultura donde el padre, el hermano, el hijo siempre tienen el poder por encima de cualquier mujer pero donde también el peso de la maldita tradición y de las miserables supersticiones siempre han ralentizado a la ignorancia y la misoginia incluso entre las mujeres más viejas de la comunidad.

En este pueblo, las chicas tienen prohibido acercarse al mar, a la fuente de alimento principal del pueblo. No pueden aprender a nadar, ni siquiera tocar el agua con los pies. Si lo hacen, quizás el mar las atraerá y las ahogará, o los monstruos que lo habitan las raptarán y escupirán su cuerpo, o peor, no lo encontrarán nunca más. Pero claro, no siempre las chicas son obedientes y modosas. También hay espíritus rebeldes y curiosos que se acercan al mar... y desaparecen.

(...) “Lo que nunca aprendería sería a nadar. Las mujeres del pueblo no podían hacerlo. Eran las normas. ¿Quién las había decidido? No importaba. Había que hacer caso a las historias, recordar que las mujeres eran devoradas por el mar y nunca las devolvía, que aquellas que se acercaban al agua no podrían tener hijos, podridas por el exceso de agua, sin marido, sin familia.  «Las mujeres son como árboles, Eva, somos las que damos frutos. Y por eso necesitamos raíces.» Le decía la madre cuando cerraba la luz y la dejaba a oscuras, inmóvil contra el colchón, atada a la cama, con el sonido del mar entrando por la ventana cerrada. (...)

En varios años, quizás generaciones, Janira, que ahora ha vuelto al pueblo, rememora en una cueva cómo los hilos del mar le cuentan las historias pasadas, y de cómo el pueblo trataba a las chicas que no obedecían. Macpherson utiliza un tono pausado pero éste esconde escenas grotescas, viscerales y llenas de odio y desesperación.

Esta novela tiene varias capas donde cada una de ellas puede vislumbrarse como una metáfora al rechazo que ha sufrido el sexo femenino desde siempre y en particular en entornos rurales y poco receptivos. Pero el mar también actúa como atractivo sexual, como fuente de deseo y de peligro, como un destino nefasto si te lo escuchas pues entonces la chica que le tiene tratos puede ser señalada de bruja, de perversa, de persona poco complaciente y desvinculada del pueblo y sus tradiciones que obviamente han sido gestadas por los hombres.

El mar, pues, es también una metáfora de dicho deseo femenino, de la liberación sexual pero también física. A menudo se habla del mar exterior y el mar interior de las chicas que ya en la adolescencia lo sienten dentro, como una fuente que brota de lo más dentro. Sin embargo, el pueblo, las supersticiones y el peso de la tradición las quieren secas, destinadas a la tierra interior y alejadas del mar y del disfrute. Otra metáfora, si se me permite, de esta persecución femenina sobre su sexo donde ni ellas mismas podían disfrutarlo.

Janira es una víctima, pero también es una narradora que ata unos hilos que nos acercan a una historia que en ciertos aspectos me ha recordado la de ese cuento, “Organismos”. Fíjaós lo que decía hace poco más de un año: “Esta vez nos encontramos con una historia de ambientación sensual y flashbacks sobre el proceso de seducción y alimentación de una chica que es más de lo que aparenta a simple vista. Un proceso de deconstrucción de la figura femenina en clave de terror. Lo cierto es que la autora me ha enganchado completamente a su relato. Intenso, visceral, sexual”

Y es que Els fils del mar también es esto en buena medida aunque aquí la mujer no lleva la voz cantante, sino que es una víctima de la intolerancia: una historia que a través de la figura femenina y su aniquilación como personas libres nos regala un extraordinario relato fantástico pero tan real que nos lo creemos porque quizás con otras palabras, con otras tradiciones, en otros pueblos y circunstancias, también hemos visto, leído, sentido cómo el patriarcado ha intentado eliminar a la mujer como persona autosuficiente y autocomplaciente, como ser libre.

Macpherson tiene un buen pulso narrativo una vez dejas la melancolía de las primeras páginas. Un estilo hipnótico que tanto te cautiva como fascina y donde se te marcan en la cabeza la repulsión de sus palabras.

Un gran acierto que la editorial Spècula confiara en esta primera novela de Inés Macpherson, tan repleta de simbolismo, tan dura ya la vez también tierna.

No dudéis en probarla y hundiros en este mar que tiene tanto que contar.

Eloi Puig
12/08/2023

 

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