No soy una persona que a priori se lance a buscar los microcuentos, estos mini universos contenidos en breves frases que tienen el handicap de superar su brevedad con ironía o con especial energía. No, no soy un lector que busque este tipo de lecturas. ¡Y no lo digo porqué no las considere dignas! Al contrario, es realmente muy difícil fabricar un cuento de pocas líneas y que cuaje en la psique del lector.
Sólo he leído un par de antologías de este tipo: Pedradas de Enric Hercé y Lunarias de Alfredo Álamo. Sergi G. Oset es curiosamente un experto en microcuentos pues si no me fallan los cálculos este es la tercera antología que publica - y la primero que leo de él-. Así pues, ya que os he comentado que este tipo de literatura no está dentro de mis preferencias, la lógica le diría: ¿Como es que lo he leído? Aquí os expongo algunas razones: En primer lugar porque confío plenamente en el editor, Hugo Camacho (que ha hecho un gran trabajo en la presente edición), en segundo lugar porque el Sergi G. Oset también lo conozco dentro de su faceta de narrador de cuentos de longitud digamos normal, y en tercer lugar porque creo que hay que difundir una literatura que es totalmente desconocida en nuestro país, especialmente si se hace en catalán.
Como decía, es la primera recopilación de microcuentos que leo del autor y por lo que he visto casi que afirmaría ante todo que Sergi G. Oset es muy osado. Y esto se debe a que sus microcuentos son aún más cortos que la media, aunque más breves, más comprimidos, y por tanto, de más difícil ejecución. Mientras que otros autores a menudo utilizan media página o al menos diez o doce líneas, Sergi sintetiza sus ideas en un espacio irrisorio, en una frase, en un párrafo. Esto lleva a que dicho handicap aún sea más difícil. ¡Debemos introducir la bola al primer toque señores! ¡No nos podemos permitir un tiro de proximidad!
Y encima - redoblemos tambores un momento-, la presente obra, Hipermatrònic, l'hiperbreu que va sorgit de l'espai profund (Hipermàtronic a secas para los amigos) está dirigida casi exclusivamente al mundo friki, nosotros. ¿Qué significa esto? ¿Que un lector normal no captará las indirectas, no captará aquella ironía, no entenderá el contexto? Pues eso mismo. Por ejemplo un servidor no ha podido seguir algunos de los cuentos pues no domino todas las vertientes del frikismo. Resumiendo, que Sergi G. Oset se ha lanzado temerariamente al abismo, se ha adentrado solito en las minas de Moria, se ha acercado peligrosamente a un agujero negro espacial. ¡Olé tú!, que dirían algunos. No sólo es difícil escribir microcuentos, sino que hacerlo para que gusten a un colectivo particular - bastante exigente normalmente- es una maniobra absurda de aquellas que hacíamos jugando a rol cuando intentábamos lo imposible. Efectivamente, Sergi G. Oset es una osado o un loco (o ambas cosas) y por lo tanto se merece todo mi respeto.
El Hipermatrònic se subdivide en capítulos temáticos: algunos dedicados a las ucronías, otros en el mundo de Star Wars, o a la informática o la os crossovers entre personajes y mundos totalmente ajenos (quizás mi favorito). Como decía, algunos de los cuentos no los he disfrutado por falta de referentes y otros en cambio muy precisamente por la complicidad que me despiertan los personajes o las situaciones descritas. El autor intensifica más su vertiente humorística que no macabra o de terror por lo que la mayoría de los escritos van dirigidos a hacernos sonreír. Y claro, encontraremos desde Marty McFly, a Spiderman, Han Solo, Freddy Krueger o Stephen Hopkins. ¿A quien más se le ocurriría unir en un mismo microcuento a Mariano Rajoy y un monstruo de Chulthu?
Dejémonos, no obstante, de especulaciones y filosofías varias. ¿Me ha gustado el Hipermatrònic? Pues no lo sé bien. Teniendo en cuenta el trabajo que lleva escribir estos cuentos puedo decir que estoy gratamente sorprendido; por otra parte no he reído tanto o los cuentos no me han hecho meditar tanto como otros que he leído, quizá porque éstos, como decía, han buscado siempre el gag mientras que en otras recopilaciones quizás primaba más la búsqueda de lo inquietante o inverosímil.
Me es muy complicado valorar una obra de estas características. La edición es fantástica, la portada, una genialidad y el contenido variable. Cierto es que he disfrutado con bastantes cuentos de algunas secciones mientras que otros me han dejado más frío. El conjunto, sin embargo, es satisfactorio en el sentido que estamos valorando trabajos muy breves - imposible de ser puntuados por separado-. Así pues tened en mente que mi valoración puede resultar extraña teniendo en cuenta que no soy un amante de los microcuentos y que valoro más el conjunto que sus partes.
Para los que no os hayáis atrevido con este tipo de recopilación, adelante, no encontraréis muchos escritos en catalán. Eso sí, poneos un traje espacial o tomad vuestra hacha a dos manos preferida - aquella que se llena de telarañas en un rincón del desván- para poneros en situación antes de comenzar el primer cuento. Lo disfrutaréis más así.
Eloi Puig, 08/04/2017
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