Los jardines de la Luna
FANTASÍA ÉPICA
 
     
 
 
 
 

LOS JARDINES
DE LA LUNA

The gardens
of the Moon

(1999)

Steven Erikson

Editorial:
Ediciones B
(2017)


Colección:
Nova

Núm:
---

Páginas:
776

Saga:
Malaz: El libro
de los caídos /1


Lecturas relacionadas:
Las puertas de
la casa de la Muerte


Memorias del hielo

La Casa de cadenas

Mareas de medianoche

Los cazahuesos

La tempestad del Segador

Doblan los Mastines

Plovos de sueño

El Dios tullido


Otras ediciones:

2004 Timun Mas
2009 la Factoría




 
     
Los jardines de la Luna

Dicen que quien avisa no es traidor. Y os aseguro que me han advertido, anunciado, informado y prevenido que el inicio de la mastodóntica saga escrita por Steven Erikson, Malaz: el libro de los caídos, no era fácil de seguir, ni sencilla de acercarse a ella. Sí, desde hace unos años el mundo de Malaz se empeña en asomarse a mi alrededor, retándome a su lectura. La primera vez que oí hablar de ella tal vez fue en la Ter-Cat de Granyena de les Garrigues en 2011 donde un participante me la recomendó, siempre avisándome que si bien el comienzo quizás era confuso, poco a poco le ibas cogiendo el tranquillo y que en definitiva valía la pena. Y estamos hablando de hace diez años, cuando la obra entera aún no había sido publicada del todo en castellano. Más adelante, las redes sociales me han ido recordando que la saga de Malaz está más vigente que nunca, especialmente desde que la editorial Nueva concluyó recientemente la publicación de los diez volúmenes. Así que como propósito de este 2021, me he decidido a lanzarme al abismo y comienza a leerla. Y el primer y controvertido volumen es Los jardines de la Luna.

Fifáos si hay que ir con pies de plomo que incluso el autor escribió un prólogo para presentar la saga y donde también llamaba a la calma asegurando que la lectura de la novela no siempre sería fácil pero que él igualmente consideraba que no había que dar toda la información bien procesada y masticada al lector. Erikson también habla de su ambición de construir un mundo extenso y repleto de mil y un detalles elaborando una historia épica y realmente este adjetivo le viene clavado para definir las proporciones de esta aventura. Recordemos: diez volúmenes donde el que menos, tiene casi 800 páginas y el más extenso casi llega a las 1200. Decenas de personajes, topónimos, pueblos, conceptos y dioses se combinan para conformar una crónica del mundo Malaz desde diversas perspectivas a lo largo de muchos años. Sí, señor, eso es Malaz: el libro de los caídos, la fantasía épica más exigente quizás nunca escrita.

Los jardines de la luna, pues,abre la puerta de pandora de un universo de fantasía con el que estaremos ligados emocionalmente durante mucho tiempo. Y Erikson, como comentaba, nos lo presenta de forma directa y visceral ya que nos sitúa in media res. O sea, de lleno en medio de la aventura, de la acción, de la tensión. No es ni la primera ni la última novela que un autor ofrece este tipo de apertura pero en este caso tal vez queda más patente debido a que Erikson nos habla tanto del pasado cercano como de historias que empezaron milenios atrás, de modo que sí, nos encontramos con un exceso de información que además cuesta encajar en la multitud de subtramas argumentales y a los personajes que las acompañan pero que con paciencia y constancia podemos superar sin problemas.

Malaz es un imperio en expansión. Posee ya territorios en dos continentes y la acción de Los jardines de la Luna nos lleva de lleno a la campaña milita que se inicia en el continente-isla de Genabackis. El imperio tiene bastante historia detrás pero una emperatriz reciente, Laseen, que sólo lleva siete años en el trono (después de haber derribado al antiguo emperador). Una parte del ejército que lucha en el frente son los abrasapuentes, una compañía de élite comandada por el sargento Whiskeyjack que siempre fue fiel al antiguo gobernante y que ahora está bajo sospecha al igual que lo queda de la compañía. También uno de los principales generales del ejército, Dujek, Unbrazo se encuentra bajo la atenta mirada de los espías imperiales para determinar su lealtad a la nueva emperatriz. La ciudad de Pale ha caído ante la extraordinaria fuerza imperial y ahora el objetivo es conquistar la última de las ciudades libres del continente: Darujhistan. Mientras tanto, La Consejera Lorn, mano derecha de la emperatriz, es enviada a una misión secreta que puede hacer cambiar el curso de la guerra... y también de la civilización.

En dicha ciudad la vida sigue bajo la atención nerviosa en las noticias de la guerra, pero también se desarrolla con cierto tono de cotidianidad. El Consejo de la ciudad mira de decidir si Darujhistan se declara neutral o simplemente se rinde al imperio de Malaz que se acerca inexorable. Mientras tanto por sus calles, el gremio de asesinos (la Guilda) está comprobando como alguna organización los está eliminando, un joven ladrón parece que recibe el favor de Oponn (los dioses gemelos del azar), un caballero refinado prepara un glope contra la alta aristocracia de la ciudad y un viejo charlatán que es más de lo que aparenta sufre sueños donde aparecen dioses ancestrales.

Si os fijáis, hasta ahora he estado hablando de unas tramas que podríamos decir se desarrollan a un nivel básico, con los pies en el suelo, protagonizadas por humanos (acompañados de alguna otra raza) pero que no se alejan demasiado de los caminos de cualquier historia fantástica de ambientación medieval. Pero ahora hay que sumar otro nivel de interacción con un elemento clave: la magia. Esta, como es obvio, va íntimamente relacionada con los magos que posee el ejército de Malaz, pero también con practicantes no afiliados que siguen sus propios caminos. Los magos del ejército se enfrentan contra poderosos enemigos como Engendro de Luna la gran fortaleza flotante (aquí no he podido evitar pensar en Dragonlance) comandada por un Tiste Andii, miembro de una raza inmortal que parece no está de acuerdo con la expansión del imperio de Malaz por el mundo. Los practicantes de la magia pueden acceder a las sendas, unas misteriosas vías mágicas que les proporciona poder de muchas formas diferentes.

Ya tenemos dos niveles donde las historias se entrecruzan pero aun falta uno más y este está protagonizado por los dioses, unos personajes muy activos a la saga. Estos seres sobrenaturales, pero de intereses muy humanos, tienen sus propias motivaciones (que nos son ocultadas por ahora) e intervienen de manera sistemática en los asuntos mundanos de los hombres y mujeres porque, además, también luchan entre ellos para ganar influencia en sus oscuras metas. Y para complicarlo más, también observamos como existen dioses modernos y otros de ancestrales que parecen han perdido posición ante los asuntos de la humanidad.

Tres niveles de concepción del mundo: Asuntos mundanos de los humanos y otras razas, la magia que enlaza muchas de las historias y finalmente los asuntos secretos de las deidades. Y obviamente un montón de personajes a los que hay que estar atentos porque la novela es plenamente coral, sin ningún protagonista absoluto. El autor va cambiando de escenario de forma constante para mostrarnos las diferentes líneas de acción de todas las facciones. Y se combinarán las tramas de los humanos, los dioses y de criaturas que no sabemos muy bien que son (desde muertos vivientes, últimos vestigios de razas desaparecidas a arpías voladoras que actúan como espías). Un hecho muy interesante es que como lectores simpatizamos tanto con miembros del ejército atacante como de los ciudadanos que viven en la ciudad de Darujhistan. O sea, los dos bandos -—y muchos otros— están presentes en las tramas y Erikson tiene suficiente habilidad para acercarnos a ellos de modo que no sepamos con quien debemos empatizar más.

El autor creó el mundo de Malaz junto con su amigo Ian C. Esslemont, a raíz de una campaña de rol en un universo inventado (esto me vuelve a recordar la concepción de Dragonlance, similar en este aspecto donde también podemos atisbar profesiones típicas de la ambientación medieval de estos juegos como el guerrero, la animista, el mago o el explorador). Y claro, la entusiamo y la ambición le animaron a construir un mundo coherente con miles de años de historia, con razas antiguas ya extinguidas, con dioses macabros, territorios y naciones que han cambiado con los siglos o leyendas que se han perdido y que todo ello desarrolla un proceso evolutivo en este mundo tan meditado y trabajado. Erikson es arqueólogo y antropólogo y no ha dejado pasar la oportunidad de derramar su experiencia y pasión en la creación de mil y un detalles de esta enorme historia. Y sí, todo esto se nos presenta, aunque sea de forma parcial, en este primer volumen.

Y la pregunta que os haréis todos seguramente es: ¿Realmente es tan complicada de seguir la novela? ¿Es cierto que no puedes seguir el hilo de la historia? Pues lo cierto es que en términos generales el curso de la trama principal es bastante simple y no conlleva mucho esfuerzo pero donde quizás te topas con más dolores de cabeza es con los detalles de las motivaciones de muchos de los personajes que actúan siguiendo un plan que sólo ellos conocen y donde el lector, por tanto, no puede acceder a esta información. El hecho también que las reglas de la magia no se explican otorga un poco de confusión (muy especialmente de cómo funcionan las sendas que emplean los magos). Quizás este sería uno de los hechos que me han dejar más agobiado ya que a priori parece que no existen límites para que la magia actúe ni, como decía, qué capacidades u opciones ofrece.

Erikson nos presenta pues, un mundo fantástico en toda regla donde se engendra una historia que se ramificará en tramas que se sobreponen unas a otras de forma constante y que entretejen una red grandiosa llena de posibilidades con multitud de acciones. Hasta aquí todo correcto. Ahora bien, ¿La desmedida ambición del canadiense, la podemos considerar fruto de una genialidad o más bien de una locura? La pregunta la responderéis vosotros mismos a medida que avancéis en una trama que debe tomarse con calma desde el principio. Porque el camino es largo y apenas empieza ahora.

Eloi Puig
29/01/2021

 

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