Las Puertas de la Casa de la Muerte
FANTASÍA ÉPICA
 
     
 
 
 
 

LAS PUERTAS DE LA CASA DE LA MUERTE
Deathhouse Gates
(2000)

Steven Erikson

Editorial:
Ediciones B
(2017)


Colección:
Nova

Núm:
---

Páginas:
880

Saga:
Malaz: El libro
de los caídos /2


Lecturas relacionadas:
Los jardines de la Luna

Memorias del hielo

La Casa de cadenas

Mareas de medianoche

Los cazahuesos

La tempestad del Segador

Doblan los Mastines

Plovos de sueño

El Dios tullido


Otras ediciones:

2004 Timun Mas
2010 la Factoría




 
     
Las puertas de la Casa de la Muerte

La ambiciosa y descomunal saga de Malaz sigue su camino en este segundo volumen, Las puertas de la Casa de la Muerte, una novela, aún más extensa que su predecesora pero que he leído de manera más relajada y más cómodamente. Y es que Erikson continúa agrandando el alcance de su saga mítica, pero a la vez también se ha contenido un poco y se ha concentrado en algunos personajes para explotarlos debidamente permitiendo que nos introducimos mucho más en sus talantes... y por tanto, lo he disfrutado más.

El imperio de Malaz se extiende de manera desigual por al menos tres continentes pero si en Los jardines de la Luna, descubríamos lo que acontecía en la campaña de Genabackis y el desastroso sitio sobre la ciudad de Darujhistan, en esta ocasión nuestra mirada se dirige mucho más al oeste, en el subcontinente de Siete Ciudades donde se desarrollará la mayor parte de esta historia. Sólo cuatro personajes del anterior volumen, continuarán con nosotros: Tres de los abrasapuentes caídos en desgracia (Kalam, Violín y la ex-poseída Apsalar) y también Azafrán, el joven ladrón. Su misión es tan sencilla como utópica: devolver a Apsalar con su padre y ya de paso asesinar a la emperatriz Lase.

Pero Erikson no quiere ponernos las cosas fáciles, por lo que para alcanzar esta meta, hace viajar a nuestros conocidos personajes por un continente entero que está a punto de estallar en llamas debido a la llamada a la revuelta contra el imperio. Esta revolución se conoce con el nombre de Remolino y parece obedecer los designios de una vidente llamada Sha'ik. Naturalmente, nos toparemos con nuevos personajes que conducirán la acción a diferentes niveles geográficos por el subcontinente de Siete Ciudades: En primer lugar, conoceremos Felisin y sus compañeros de esclavitud. Ella, es la hermana menor de Tavore, la nueva consejera de la emperatriz Laseen. Pero es apresada y vendida como esclava en las minas de otaralita. Allí buscará vengarse de su hermana y se forjará un carácter que la marcará para el resto de su vida.

En las profundidades de Raraku, el desierto insoldable del centro del continente, Erikson nos presenta a Mappo y a Icarium, dos amigos que vagan por las estepas y que tienen un papel primordial, y misterioso en esta historia. Mappo es un Trell, un humanoide con rostro de ogro, calmado y reflexivo que mataría para proteger a su compañero, Icarium. Este es un jaghuht, una de las razas ancestrales —y fundadoras—; solitario por excelencia y de larguísima vida. Esconde un secreto inconfesable que ni él mismo conoce.

Y finalmente tenemos a Duiker, un historiador del imperio, un hombre que ha vivido y ha visto mucho y que registra con su mirada los principales hechos que hay que relatar para la prosperidad. Y estas crónicas se convierten en la principal línea de acción de esta segunda novela y la que más bien ha cuidado Erikson: La huida a través de cientos de kilómetros de estepas y desiertos de la caravana de refugiados que intentan alcanzar la última ciudad sagrada que aún no ha sido tomada por la rebelión. Más de 40.000 refugiados y el séptimo ejército, acompañados por tribus afines al imperio y comandadas por un hombre con una presencia salvaje e incorrupta: Coltaine, jefe del clan de los Cuervos, un wickano. Bajo su liderazgo el séptimo ejército deberá proteger hasta la extenuación la mencionada cadena de perros, o sea, lo que queda del imperio en plena huida hacia la ciudad de Aren.

He dicho al principio que me he sentido más cómodo leyendo este segundo volumen que el primero. Esto se debe a algunas características que creo que no se encontraban en Los jardines de la luna. En primer lugar, Erikson reparte la acción en menos personajes y establece una atención especial a algunos de estos. Profundiza mucho más en ellos de forma que consigue que empatizamos —aunque posean talantes despreciables y salvajes como Felisin—. Destacaría tres: El primero, la mencionada Felisin, la chica noble condenada a prostituirse y trabajar en una mina; su carácter se transforma a medida que avanza el tiempo y su personalidad deviene llena de sarcasmo y de resentimiento por el mundo que le rodea. Lo que le ocurre más adelante ya sería digno de debate, pero como personaje, Erikson, lo moldea para que resulte imprevisible y por tanto muy rico. El segundo es Kalam, nuestro conocido asesino, ex-miembro de la Garra,  uno de los hombres de Whiskeyjack que la anterior novela tenía un papel más discreto. Kalam se separa pronto de su grupo y observamos sus capacidades naturales para matar pero también para ayudar. Hay que recordar que el asesino es oriundo de las tierras que ahora se sublevan contra el imperio y que su lealtad nunca está entredicha. Pero si un personaje acapara nuestra atención es Duiker, el historiador. Sobre todo porque a través de sus ojos contemplamos las mejores partes de esta novela, como la batalla del paso de Sekala o el gran final de la marcha de la cadena de perros.

El segundo motivo de que este volumen creo que entra mejor al lector es porque hay una sección de esta novela que es narrada con más sensibilidad y más profundidad que las otras. Una parte de la historia que para variar no esconde misterios y que deviene dura y necesaria: la marcha del Puño Coltaine por medio continente con los refugiados. Es tan importante dentro la aventura que en ocasiones el autor le dedica capítulos enteros (cuando lo normal es que se vaya cambiando el escenario cada pocas páginas).

Y en tercer lugar, la sensación de incomodidad que representa la magia del mundo de Malaz (encarnada a través de las sendas que invocan los magos y que aún no entendemos cómo funcionan) aquí se relativiza hasta cierto punto porque sí, hay momentos en que sigues sin comprender qué está pasando, pero la sensación no es tan arrolladora como el primer volumen. Otro hecho que nos relaja es la poca presencia de dioses y ascendientes que en el primer libro nos traían de cabeza y que aquí, el autor, ha apostado por contener su aparición y enfocar la atención a asuntos más terrenales. Sin embargo, la continua irrupción de la magia, sea a través de los senderos, o a través de sortilegios indescifrables provoca un efecto deus ex machina. No sabemos cómo funciona y tampoco su alcance y Erikson se aprovecha de este hecho —La magia que aplica a distancia Ben el rápido es un ejemplo—.

El autor continúa acercándonos la larga historia de Malaz de manera sutil pero imparable. No sólo a través de la evidencia de la existencia de civilizaciones antiguas y de una memoria arqueológica que tiene miles de años, sino también con la constatación de la presencia de mares antiguos en retirada o de razas ancestrales que están sobre la tierra desde hace milenios. Todo ello aporta una sensación de que el autor nos quiere transmitir una historia que viene de lejos, que repercute en el presente, pero que tiene una base que abarca más allá de lo que podemos imaginar.

Un hecho que cada vez me gusta más de este autor es como nos ofrece un escenario donde nunca tenemos claro quiénes son los buenos y quiénes son los malos. Recordemos que estamos contemplando la acción a través de muchos personajes que viven bajo el punto de vista de un imperio que quiere dominar continentes y pueblos. ¿Con quien tenemos que estar a favor? ¿Con una nación que promueve la conquista y la muerte? ¿Con las tribus rebeldes que luchan contra nuestros protagonistas para liberarse? Me gusta estos matices de gris que Erikson nos ofrece en las tramas.

Ahora bien, a pesar de la mayor intensidad en los personajes y el firme asentamiento de líneas argumentales como la marcha de Coltaine, también tenemos otros aspectos más en la línea ambiciosa y poco diáfana del autor: Algunas escenas se notan precipitadas como las decisiones al alrededor de Apsalar en el templo del desierto o la transformación de Felisin en un momento dado de la novela. Y mientras que por ejemplo la narración en torno a Duiker y Coltaine es robusta, atractiva, épica y muy bien atada, los viajes del grupo de Violín o de la pareja formada por Mappo e Icarium son erráticos y sin demasiado finalidad excepto al final del libro. Parece que Erikson no supiera que hacer con ellos durante la mayor parte de la narración y no acabamos de entender cómo se pueden pasar meses caminando por diferentes zonas del desierto casi sin moverse mientras la marcha de Coltaine atraviesa territorios mucho más extensos.

Así pues, puedo concluir que sí, que la segunda novela de la saga de Malaz, Las Puertas de la Casa de la Muerte es mejor, más intensa y más trabajada por el autor, aunque todavía ofrece aspectos mejorables en las tramas, a veces demasiado dejadas a nuestra interpretación. También he de decir que la comunidad de aficionados de la saga es firme y crece día a día y quisiera agradecer las dudas que me han resuelto o los ánimos para seguir leyendo una historia cada vez más desmesurada y arrolladora. Un especial agradecimiento, por cierto, hacia María, una de las fans más fervorosas de la saga que me ha ayudado a entender ciertos aspectos de la compleja historia.

Y quisiera terminar con una nota de atención a la edición de Nova. Dejando de lado que el formato de tapa dura y la portada son excepcionales, dos comentarios: El primero es anecdótico y es el hecho de que los dos traductores no se han puesto de acuerdo a la hora de nombrar a un personaje que a veces sale como "Dancer" (o sea, sin traducir) y otros como "Danzante". Pero el hecho mucho más grave son la multitud de saltos de escena que no aparecen marcados en el texto, especialmente a partir de la segunda mitad del libro y que nos descolocan durante la lectura. Estoy leyendo la tercera edición de la novela y es bastante inaudito que la editorial no haya corregido este error todavía.

Ahora toca ponerse con Memorias de hielo, uno de los más extensos y también al parecer un punto de inflexión en el universo de Malaz. Dicen los entendidos que después de este volumen ya es imposible dejar la saga. Estoy seguro de ello.

Eloi Puig
21/04/2021

 

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