Mi relación con las obras de Arthur C. Clarke ha pasado por varios estados a lo largo de los años: De la sorpresa inicial de Cita con Rama, el hastío de sus continuaciones, la frialdad de Venus Prime, la ligera indiferencia de Cánticos de la lejana Tierra, la esperanza después de saborear El fin de la infancia y ahora el aburrimiento absoluto después de haber terminado El martillo de Dios.
Sí, ya sé que Arthur C. Clarke fue un gran científico, una persona con grandes ideas, con buenas propuestas, un innovador en muchos aspectos de la ciencia, pero su carrera como escritor, a pesar de los logros alcanzados - sobre todo a raíz de 2001 con quien compartía protagonismo con Kubrick, todo hay que decirlo- es bastante mediocre. Sólo en el caso de El Fin de la infancia leí una novela que tenía rasgos literarios ... que pretendía no sólo contar una buena historia, sino también hacer sentir algo al lector, hacerle disfrutar del arte literario. En cambio El martillo de Dios resulta todo lo contrario: una historia insulsa, carente de ritmo, sin personajes carismáticos y narrada con una parsimonia y una falta de sensibilidad que provoca aburrimiento. Por suerte es corta.
El martillo de Dios nos muestra la llegada de un meteorito en la Tierra y la reacción que esto genera entre los terrestres. Kali que es el nombre de la amenaza - sí, Clarke vuelve a utilizar la mitología indú, no sea dicho que no sepa del tema-, es un enorme bloque de piedra que avanza hacia nuestro planeta. Después de medio libro, el autor comienza a aventurar cómo pueden los terrestres desviarlo - hasta aquí nos contaba aventurillas con nuevos trajes espaciales y una biografía bastante aburrida del presumible protagonista, el capitán Robert Singh-. Y entonces el libro se centra -siempre respetando el rigor científico por encima de todo-en cómo impedir la colisión. Hasta aquí, podemos decir que Clarke quiso dejar escrita una novela de ciencia ficción con bastante interés científico para que nuestro mundo vigile el cielo de vez en cuando - de hecho el proyecto Vigilancia espacial fue acuñado por él-. Pero el autor se olvida de escribir la novela ... y acaba convirtiendo el mecanoscrito en un fracasado ensayo divulgativo con pinceladas de ficción especulativa.
Todo lo que podría habernos narrado Clarke sobre el estado de shock y la vertiente psicológica de los habitantes de la Tierra, simplemente la omite, no la considera importante, todas las ideas que apunta la contraportada (nuevas religiones propagadas por la red, realidad virtual etc ...) se quedan en un nada inmenso. Sólo le interesa narrarnos hechos astronómicos que como método divulgativo pueden ser interesantes pero que en una novela no sólo la lastran sino que acaban provocando la indiferencia del lector sobre el posible final (a un no le importa que Kali finalmente colisione o no).
Puedo parecer duro pero es que la novela no tiene prácticamente ningún ingrediente que la haga interesante: ni una buena historia (la premisa inicial es válida, pero es necesario algo más), ni buenos personajes, ni ritmo, ni interés. Sólo un cúmulo de capítulos cortos que proporcionan una lectura rápida pero que dejan al lector indiferente.
No, Clarke debería haber dado sus ideas tanto a la ciencia como al arte, o sea, debería haber proporcionado esquemas argumentales a escritores que realmente supieran modelar una historia para convertirla en literatura, no en una simple composición de capítulos. Clarke perdió la capacidad de escribir literatura hacía ya muchos años ... probablemente con el último párrafo de Cita con Rama, en 1973.
Eloi Puig, 13/06/11
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