Una chica adolescente que esconde un secreto sin saberlo, un pueblo perdido, aislado y sin conexión con el resto de un mundo que está atrapado, inmerso dentro de una niebla perpetua. Este es el escenario inicial de Misteris de la boira, la primera novela de Selena Soro que ganó el prestigioso Premio Carlomany al fomento de la lectura en catalán.
Nos encontramos ante una aventura juvenil (la fase final del premio es elegido por chicos de entre 14 y 16 años) muy dinámica y amena que se adentra con facilidad por la fantasía más distópica con algunos elementos incluso propios de la ciencia ficción.
Gala es una chica de trece años que vive en una aldea de las montañas. Su mundo incluye sólo un puñado de casas con los correspondientes vecinos y un pueblo que está rodeado y sumergido en una niebla espesa y consistente. Gala tenía una hermana, pero hace años se fue, desapareció en la niebla, y no ha sabido nada más de ella. Su vida cotidiana, sin amigos de su edad y sin demasiado que hacer, se verá truncada cuando escucha a escondidas una conversación entre el consejo del pueblo. Una conversación que le abrirá los ojos y le despertará el ansia de conocimiento sobre el exterior. Sin embargo, sorprende comprobar que Gala no se haga más preguntas sobre sus orígenes y acepte tan fácilmente los cambios repentinos en su vida.
La estructura de la novela es una clara referencia al camino del héroe (heroína en este caso) que deberá superar las dificultades que se le presentan, entablar nuevas relaciones de amistad y sobre todo encajar en un mundo que es todo lo contrario de lo que lo ha visto crecer. La autora nos introduce de forma relajada pero sin pausa las normas que rigen este nuevo universo que va descubriendo la Gala: Una sociedad distópica llamada Tierra Oscura y regida por una especie de tirano implacable, unas normas que parecen lanzadas a dirigir los sentimientos y la libertad de la población implementando un rígido control burocrático (para tergiversar la realidad y si conviene la misma historia), por tanto con bastante influencia orwelliana.
También obtendremos información sobre este régimen que trata a parte de la población de ‘inmorales', un término que a priori parece referido para quien es diferente pero que vemos que acaba aplicándose simplemente a quien no sigue las normas establecidas. Aquí también habría que resaltar la normalidad que expone la autora en las relaciones amorosas de varios personajes donde la homosexualidad es un hecho evidente y establecido y que parece no gustar del todo a los dirigentes de la Orden Ministerial.
“— Los inmorales existen, pero no de la forma en que la Orden Ministerial te ha hecho creer (...). No son personas sin alma, no han llevado la niebla al mundo. Los inmorales son como tú y como yo (...) y la inmoralidad es sólo el nombre que la Orden Ministerial creó para referirse a las personas que aman. Después lo utilizó contra cualquiera que intentara rebelarse. Pensó que así sería más fácil deshumanizar a los ojos del resto. "
La disconformidad contra aquellos que quieren dominar los sentimientos de la gente, esta Orden Ministerial que acapara el poder y parece dictar las normas de dicha Tierra oscura (y que me recuerda constantemente a una orden similar que encontrábamos en la trilogía de La Materia Oscura) será también uno de los escollos que tendrá que superar Gala y que en mayor o menor forma son también el origen de esta revolución que tienen los Arbis —quienes luchan por la libertad en la Tierra Oscura— como máximos exponentes con la intención de romper el status quo y destripar el sistema que no les deja querer a los demás.
(...) yo nací para ser fiel a mí misma, y si eso significa ser una inmoral, "inmoral" será mi grito de guerra.
El hecho es que Selena Soro consigue muy bien dirigir la novela con un ritmo ágil, con pequeños cliffhangers y combinando con maestría estos mencionados elementos de ciencia ficción con otros puramente fantásticos. Tal vez en la primera mitad de la novela observamos más una fantasía blanca donde parece que la autora se contenga por no describir escenas violentas o desagradables. Más adelante, sin embargo, se suelta y empieza a introducir elementos más escabrosos, la convierte en una narración más natural que se aleja un poco de la zona de confort juvenil.
Naturalmente, algunos aspectos más fantásticos nos traerán reminiscencias de ciertos conceptos que ya forman parte nuestro imaginario colectivo (los aficionados a los jedi de Star Wars me entenderán):
"Gala se dio cuenta de que tenía razón (...) Era cierto que se había sentido poderosa, pero también vacía por dentro, llena de odio y rabia, y aquello no le había gustado nada. (...)
—El amor te hará débil (...) mientras que la rabia y el odio te protegerán como un escudo, un escudo que nadie más que tú podrá ver. (...) "
Pero sobre todo la autora ha querido enfrentarse en una lucha épica con conceptos como el amor y el odio, especialmente en una sociedad donde está prohibido amar. Sí, en la práctica se está censurando todo lo que nos hace humanos. Una idea que me ha parecido arriesgada porque es difícil de llevar a cabo. Sólo con personajes muy extremos la autora consigue inculcarnos esta idea tan radical. Esto significa estereotipar bastante a los personajes convirtiéndolos en muy buenos o muy malos, la mayoría de los cuales parecen escaparse de la escala de grises. Otro hecho que he encontrado curioso es la dualidad entre naturaleza y tecnología donde la primera parece ser utilizada por los buenos y en cambio la tecnología se lo apropian los malos. Es una diferencia poco sutil que parece querer transmitirnos también un mensaje moralizador, como de regreso a los orígenes o como si el desarrollo científico fuera una dirección errónea en el futuro de la humanidad.
Pero quizás el punto que destacaría como más mejorable es el worldbuilding, la construcción de este mundo fantástico, que me resulta un poco etérea, poco definida. Gala va descubriendo lugares nuevos pero no tenemos una sensación de que haya detrás una estructura que los sustente. Incluso el particular sistema de transporte entre los Arbis me hace levantar las cejas, pues no lo acabo de asimilar. Naturalmente, también es muy posible que en la continuación de la novela se desarrollen más estos aspectos.
Pero dejando de lado esta ambientación, quizás incompleta, el hecho es que nos encontramos con una novela muy amena, ideal para jóvenes que aún no se han enfrentado con una fantasía más sucia. Una novela que para ser un debut lo he encontrado francamente notable y muy trabajada y de la que espero saber más de su continuación.
Eloi Puig
26/06/2021
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