MORDER EL BORDILLO
(2020)

Alfredo Álamo

Editorial:
Orciny Press
(2020)

Colección:
Midian

Núm: 13

Páginas: 184

Pégale en el nazi. Salva en el mundo.

Así mismo es como la contracubierta nos invita a entrar en esta alocada obra de Alfredo Álamo, con una simple frase con reminiscencias heroicas que aporta, además, una dicotomía de aquellas que marcan distancias: ¿Cómo un nazi puede salvar al mundo?

Alfredo Álamo ya me demostró con esa exquisitez que es El detective que tiene mariposas en el estómago de que el humor es parte de su ADN y que le gusta sorprendernos con obras frescas y pasadas de rosca como las dos que ya ha publicado en la colección Midian de Orciny Press... o sea en la sección de Bizarro de la editorial.

Y en Morder el bordillo combina todo el rato personajes atípicos con objetivos que parecen que no encajen. Puños es lo que en lenguaje llano diríamos un puto nazi. Un skin descerebrado que intenta destacar dentro de un grupo que lo tienen como un come mierda (dentro de los estándares nazis, por supuesto). Se pasa el día provocando a antifascistas, intentando dar cuatro tortazos y soltando insultos a diestro y siniestro. Pero un día recibe una paliza y ve la luz. O no. Ve una encarnación divina de un paki (o sea de Shiva) que le pide ciertas cosas. Nada importante: Que salve al mundo.

Pero también tenemos a un nazi de verdad que escapa de una cárcel con la reencarnación del propio Hitler en el hombro (pequeña, eso sí) que le transmite mensajes ambiguos sobre cómo ayudar al Puños a cumplir su misión divina. El contrapeso de todo lo hace la chica, la más sensata y la más centrada. Se trata de la prima del Puños y es tarotista. Vamos, que se dedica a engañar a la gente y cobrar por hacerlo.

Ya tenemos el trío de personajes a los que se añadirán varias deidades (cada una a su rollo) que aparecerán cada vez que a nuestro (mal)querido nazi le rompan la cabeza de alguna manera. Los traumatismos abren las puertas al cielo. Recordad: pega al nazi, salva al mundo.

Alfredo ha escrito una aventura divertida, llena de referencias, con un lenguaje vivo y que destaca por conseguir su objetivo: hacernos reír un rato. Intercala capítulos dedicados a cada protagonista con esa prosa vital que ya le he visto en otras obras suyas, una narración firme que parece casera pero que te captura enseguida. Quizá Morder el bordillo no me ha parecido tan delicatesen como la mencionada El detective que tenía mariposas en el estómago, pero es capaz de hacernos pensar en nazis que parecen hermanitas de la caridad al lado de ciertas sectas macabras religiosas ultra-cristianas que juegan a la derecha del Opus Dei. Y tiene mérito.

Los diferentes personajes de la novela irán convergiendo poco a poco en un final de cariz épico con una mirada puesta en el Apocalipsis que está a punto de desatarse sobre el País Valenciano y Marisa, la tarotista, su primo Puños y un nazi con cara de Schwarzenegger (y un Hitler pequeñito a su lado) tienen mucho que decir al respecto.

Pura aventura bizarra y puro entretenimiento. ¿Qué más queréis?

Eloi Puig
10/08/2022