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Aprovechando que Minotauro acaba de sacar la última parte de la trilogía de los nanorrobots, Epidemia, he empezado a leer el primer volumen que tenía pendiente desde hacía bastante tiempo: La Plaga. En su momento, hace unos años, cuando apareció en castellano me llamó la atención por sus premisas en la trama argumental pero al saber que tenía continuaciones se me enfrió el interés.
Una plaga hace referencia normalmente a un desastre biológico, a una propagación nociva que suele tener consecuencias nefastas para la humanidad. Lo curioso de esta plaga es que su origen es tecnológico. Unos científicos desarrollan unos nanorobots que teóricamente son capaces de curar el cáncer pero un misterioso suceso provoca que estos escapen y comiencen a atacar a la población y a exterminarla. Por suerte - y aquí está la idea interesante del texto- a más de 3.000 metros los nanorobots quedan inutilizados. Nos encontramos ante una devastación de carácter bíblica, espantosa, donde miles de millones de personas han caído ante una amenaza invisible a la que no se puede vencer, sólo huir a altitudes superiores a los 3.000 metros.
El autor proporciona esta información a posteriori, cuando la plaga ya se ha ejecutado, cuando la devastación ya hace un año que dura - tal vez por eso el título original: Plague year, el año de la plaga, que no debe confundirse con el título homónimo de nuestro Marc Pastor- y este inicio lo encuentro ciertamente oportuno y valiente: Lo primero que sabemos al comenzar la novela es que existe un grupo de refugiados en los picos más altos de California que malviven como pueden y que incluso han empezado a realizar antropofagia.
Pero no es ésta una novela que quiera profundizar en los vínculos creados por sus protagonistas en unos momentos de situación límite, no es una historia sobre la amistad, y otros sentimientos. No, eso es hollywood y Jeff Carlson se entrega a describirnos una historia que si bien es interesante, aporta poca literatura y mucha percepción cinematográfica.
Las bases están bien pensadas: Los nanorobots asesinos, la vida humana sólo en las cumbres más altas, los científicos, locos por hallar una cura, la amenaza latente de otras potencias en otras partes del mundo (Europa parece que se está desangrando en los Alpes, en el Cáucaso, los rusos batallan contra los musulmanes -ignoramos si el autor tiene en cuenta a los georgianos, armenios etc y si bajo la genérica descripción de musulmanes engloba tanto a turcos como iraníes o kurdos- y en Asia, los indios y los chinos pugnan por controlar el Tíbet). Como decía, tenemos unas premisas muy atrayentes. Pero se desarrollan con buen pie? En parte sí: Carlson cumple mínimamente y nos aporta una historia que va de menos a más pero que no resulta rompedora en ningún momento. Incluso previsible.
Los personajes son un poco planos y el comienzo impactante da lugar a un primer tercio de la novela errática que pretendía explicar las desventuras de los que sobreviven pero que resulta un poco pesada. Sólo cuando las dos líneas de acción confluyen, la primera encabezada por Cam, un hispano refugiado en las montañas y la otra por Ruth, una científica confinada en una estación orbital, comienza la novela a rodar mejor.
La plaga se lee bien y no supone ninguna dificultad técnica. Es una novela que no sobresale pero que tampoco aburre y por tanto es más que aceptable. He encontrado pero vacíos narrativos en torno a algunos personajes - a pesar de los flashbacks que recurre el autor para ilustrar mejor sus vidas- pero sobre todo he echado de menos tensión, intensidad, que quizá serían algunos de los rasgos que debería haber trabajado más, debido a la trama que nos propone Carlson.
Su continuación, Antídoto, me está esperando.
Eloi Puig, 30/11/11
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