Lois McMaster Bujold escribió Barrayar en el año 1991, cinco años después de empezar el arco argumental de los padres de Miles Vorkosigan. Esta segunda novela es una continuación directa de Fragmentos de honor y completa con éxito las aventuras y desventuras de los progenitores del personaje que más fama daría a la saga.
Bujold se decantó en su momento por escribir sobre el personaje de Miles, de manera que buena parte de las novelas protagonizadas por él fueron escritas antes que Barrayar. Pero como decía, en el año 1991, la autora decidió crear un puente, un nexo entre aquel primer volumen separado de la trama principal de la vida de Miles - Fragmentos de honor- y la primera novela propiamente dicha donde aparece éste - El aprendiz de guerrero-.
Y Barrayar es eso mismo: un puente entre novelas que completa los asuntos que llevaron a Cordelia, la madre de Miles, a vivir en el planeta del mismo nombre, feudo conservador de los Vor y de sus costumbres más arcaicas. Un planeta inhóspito, no por su clima o fauna, si no por las numerosas intrigas cortesanas y tradiciones ancladas en épocas pasadas en que se verá inmersa nuestra heroína mientras busca desesperadamente la estabilidad necesaria para dar a luz su hijo.
Cordelia es el alma matter de Barrayar al igual que lo fue en la anterior novela. Una betanesa que mira con una mezcla de admiración e incredulidad a la sociedad donde ha escogido vivir para unirse en matrimonio al que ahora es el regente de Barrayar (y de todo el imperio claro). Bujold vuelve enseguida a colocarnos a la altura de la protagonista, nos hace vivir sus temores, sus alegrías y todo aquello que le pasa por la mente. La complicidad con el lector queda bien atada; pero no sólo con ella, si no también con el resto de personajes -muchos de ellos ya aparecían a la anterior novela-.
En éste segundo -y definitivo volumen- dedicado a Cordelia y Aral Vorkosigan no nos moveremos del planeta Barrayar, no nos veremos inmersos en grandes batallas espaciales o en asuntos que afecten al equilibrio galáctico. Todo el argumento gira entorno a las intrigas de palacio y de las diversas facciones y partidos que componen el caótico orden de Barrayar. La novela está diseñada para mostrarnos los sufrimientos de una guerra civil y de retratar una parte de la sociedad que no suele participar activamente en los enfrentamientos: Los civiles y en particular las madres. Bujold se centra en el papel protector de la madre -o futura madre- y los instintos que despierta el hecho de llevar a un hijo al vientre, y más cuando una sabe que éste puede estar en peligro.
Quizás los primeros capítulos resultan un poco pausados- al menos si los comparamos con el frenético comienzo de Fragmentos de honor- pero enseguida la autora introduce el primer clímax de la novela, y a partir de allí los acontecimientos se precipitan. Bujold continúa demostrando poseer una mano firme a la hora de narrarnos una historia que se enclava directamente dentro de la ciencia-ficción más clásica del space opera pero que podría convertirse con unos leves toques en una novela histórica cualquiera.
Una buena aventura para cerrar el ciclo de los padres de Miles y para abrir paso en la primera novela protagonizada por éste. Imprescindible haber leído antes Fragmentos de honor para tener una visión completa de la historia y sobre todo de los sentimientos y manera de pensar de Cordelia. También recomiendo leerlos seguidos, pues aunque son novelas independientes, forman una pareja magnífica a la que no se debe hacer esperar.
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