El consejo de Hierro
FANTASÍA- FICCIÓN
 
     
 
 
 
 

EL CONSEJO DE HIERRO
Iron council
(2004)

China Miéville

Editorial:
La Factoría (2005)

Colección:
Solaris Ficción

:
69

Páginas:
428

Serie: Bas-Lag

Lecturas relacionadas:

La Estación de la calle Perdido
La Cicatriz


 
     
El consejo de Hierro

Luchas entre golems y elementales de la naturaleza, magia cuchicheada a la oreja de las víctimas, humanos rehechos con implantaciones biológicas o mecánicas como cástigo, razas alienígenas conviviendo en un planeta parcialmente inexplorado dónde las torsiones dimensionals asolan ciertas zonas y dónde existe una ciudad-estado que acapara la tecnología punta: El vapor. Una combinación alucinante que sólo se puede dar en un lugar: La serie de Bas-lag, creada por un joven y genial activista de izquierdas inglés, China Miéville.

¡Uau! Qué presentación ¿verdad? Parece que sea su editor pero es simple envidia. La verdad es que admiro bastante a China Miéville. Es una persona que hasta dónde sé se implica en la vida política de su país pero también (y esto es lo que nos interesa) en sus novelas. Hace seis años revolucionó el mundo de la ciencia ficción y de la fantasía con La Estación de Calle Perdido, la primera novela ambientada en el mundo de Bas-lag. Su acogida fue enorme, como también lo fue la segunda novela (que no continuación), La Cicatriz. Y ahora nos llega El Consejo de Hierro.

En un primer momento hay que tener presente que esta ya es la tercera historia ambientada en este imposible pero ya entrañable mundo y que las dosis de sorpresa se reducen considerablemente, y más si tenemos en cuenta que se repite parcialmente el escenario de la impredecible y cosmopolita ciudad de Nueva Crobuzon. El otro escenario es el territorio inexplorado de Bas-Lag. Aquí, igual que en La Cicatriz se echa de menos un mapa, pues la geografía del planeta no queda todavía nada clara y por mucho que se esfuerce el autor en describirla, es difícil de abarcar sin una buena representación gráfica.

Tras tener en cuenta estos puntos, podemos decir que la novela sigue siendo muy interesante pero que el nivel baja respecto a sus predecesoras:

El problema pricipal es la diversidad de ritmos en que se nos narra el argumento. Un flashback de más de 100 páginas introducido en medio de la novela que resulta ser una de las partes más importantes de esta (al menos al final) en contraposición con la línea argumental del presente que queda tajada y que avanza mucho más. Es un cambio muy drástico que afecta a demasiadas páginas. Pero el inglés continúa en racha con respecto a describir los capítulos de acción: Su ritmo vertiginoso y su natural calidad literaria nos transmiten como pocos el complejo sub-mundo y las infinitas posibilidades que tiene una ciudad como Nueva Crobuzon.

El otro punto que me descoloca es el argumento: Por un banda Miéville ha creado al fin la novela que quería, la crítica social aplicable a su propio país (Reino Unido) durante la Revolución Industrial (los paralelismos y la ambientación Steam punk lo hacen evidente). Miéville inventa su propia revolución de izquierdas, juega con la idea, con los iconos, para llevarnos a una lucha social alternativa: la Guerra civil en la ciudad-estado de Nueva Crobuzon. Los burócratas conservadores de todas las razas contra el pueblo plano, obrero y miserable, también formado por todas las razas de Bas-Lag pero también por los rehechos, estos reos torturados y castigados con implantes horrorosos, que sólo sirven por convertirlos en parias y desesperados. (el mejor ejemplo, lo encontramos en esta novela). Es una lucha entre clases, entre las derechas poderosas y las izquierdas progresistas, bohemias, de artistas (el hecho que exista una brigada formada por trasvestidos y bailarinas nos da una idea de lo que propone el autor). Quizás no deja de ser una metáfora de la vida real del autor. Miéville sabe que estas luchas son difíciles y que hace falta encontrar un símbolo, un icono. En este caso, El Consejo de Hierro.

Pero por otra parte existe otra guerra exterior, contra la ciudad-estado de Tesh (dónde nunca queda claro en qué consiste ni como se acaba resolviendo) y aquí es dónde Miéville se dispersa, se descentra y desenfoca el centro de atención que era realmente la unión de las clases desfavorecidas de Nueva Crobuzon. Aquí es dónde la novela queda algo confusa y dónde creo que al autor se le ha escapado de las manos.

Miéville ha hecho la más fantástica de las tres novelas en esta entrega. Fantástica en contraposición a la ciencia ficción que se combinaba casi perfectamente en las otras novelas de la serie. El autor ha potenciado mucho más la taumaturgia, esta "ciencia" mágica existente en Bas-lag para incorporarla al argumento. También ha añadido elementos muy próximos como el caso del ferrocarril en un argumento que a veces nos parecerá realmente absurdo, pero aquí es dónde el talento de Miéville ataca y todo aquello que parecía imposible y desmesurado, acaba pareciéndonos natural y cotidiano.

Esta es la gran magia de Bas-Lag.

 

Premios:

2005 Locus CF

2004 Arhur C. Clark

 

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