El tercer número
de Miasma incorpora por primera vez ilustraciones. Quizás
éste es para|mí el mejor número que ha salido
de la revista. Creo que la calidad de los relatos tienen una tendencia
al alza y que los editores empiezan a encontrar un mayor equilibrio
en las obras publicadas.
A destacar el cuento Ser o no ser, una
propuesta de Rubén Martín que me ha gustado mucho.
Es un relato que mantiene la tensión en todo momento jugando
con la curiosidad del lector y que especula con la ciencia-ficción
más intimista y a la vez más inmensa.
Y si este relato es lo mejor de la recopilación,
el premio a la mejor prosa se lo lleva N. Guntes por un magnífico
cuento como es La Piscina. De este autor también destaqué
un relato en el Miasma-01 (castellano)
y veo que su prosa continúa viva. Una historia de terror
que juega constantemente con la insinuación pero que te sumerge
en su lectura.
Otro relato curioso es Ángeles de
ojos verdes, de Manuel de los Reyes, que con unos diálogos
muy trabajados tiene un aire de naturalidad perfecto. El argumento
también se decanta por la insinuación más que
por mostrar, en este caso, la magia en la vida cotidiana. Un cuento
que se lee fantásticamente bien pero que le falta para mi
gusto un poco más de concreción argumental.
En un término medio encontraríamos
relatos como Bebé, un cuento ultracorto de Santiago
Eximeno -al estilo de Fredric
Brown- que resulta satisfactorio teniendo en cuenta su longitud.
Un buen ejemplo de lo que se puede hacer en pocas líneas.
Contiene un final sorprendente, como tiene que ser con este tipo
de cuento para enganchar en el lector. Animo a la gente de Miasma
a publicar más.
También hay que hablar del El Éxito
del Zlibonia, una aventura cuando menos curiosa pero con un
final un poco pobre, o Generatio Aequivoca que más
que un relato es un ensayo detalladísimo sobre los procesos
desagradables que actúan en los cadáveres de forma
natural.
Finalmente, también se han incluido los
cuentos Mente gemela, cuento que mezcla una crítica
encubierta al comunismo y al aislamiento con el hecho del primer
contacto. Sin embargo el argumento no está lo bastante trabajado; Genaro y el sexo contrario, un pequeño homenaje a Frankenstein pero con un estilo
algo engorroso que no me ha acabado de gustar, aunque valoro el
esfuerzo Ricky y Marvin, una fábula curiosa y simpática
pero que no llega a más.
En la sección de la revisión
encontramos una cuento de B. Traven: Corresponsal extranjero.
Correcto pero sin nada a aportar.
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