La revista Catarsi llega a su segundo número con un lavado de cara interesante: Lo primero que llama la atención es el apartado gráfico, desde la magnífica portada elaborada por Enrique Corominas, pasando por las diversas ilustraciones interiores, obra de autores como Mónica Carrillón, Gerard Tauste, Francesc Felipe y Carmen Martínez que en algunos casos rayan la excelencia. Todo ello da un aire más abierto y relajado a la lectura de la revista. Primera impresión pues: muy positiva.
En cuanto a los relatos, según mi modesta opinión, en términos generales estos se quedan un poco atrás de los aparecidos en la primera revista, aunque esto se debe primordialmente a algunas historias que no me han gustado y que por tanto han hecho bajar la media. Vamos pues.
"Un reflexe a la mirada" -que inspira la portada de la revista- es una aportación de la conocida autora Susana Vallejo. Se trata de una cuidadosa aproximación a la figura del asesino en serie, sus motivaciones, manías, la preparación de sus actos ... Quizás no resulta muy original, pero cumple perfectamente con el objetivo que buscaba: remover algún que otro estómago en una obra sencilla, pero de buena factura. Literariamente es de las mejores de la presente revista. La traducción del español corre a cargo de Pep Burillo.
"Lego, ergo, sum" de Esteve Compte, es una fantasía literaria interesante, que aprueba justito por su originalidad, lástima que no se haya trabajado más. Aunque como relato corto cumple perfectamente.
También es un relato corto "Mega pixel glasses", de Patricia Muñiz, una buena idea de partida para este tipo de relatos, sugerente, pero con poca predisposición para hacerla más intensa. La trama presenta con poca verosimilitud el trauma por la limpieza de una esteticiente. Si la autora desarrollara más este corto podría dar lugar a una historia bastante interesante.
"Si de cas vols volar" (traducido del español por Sergi Viciana) es probablemente el cuento más bien escrito, con una prosa más precisa y fluida. Una historia que combina la nanotecnología y la investigación policial con toques de nostalgia. Quizás la resolución no es suficientemente contundente pero me ha parecido un relato que hay que tener muy en cuenta. Me gustaría leer más trabajos de su autor, Enrique Díaz.
Como es (y será) habitual, la revista Catarsi también quiere acercar personajes relacionados con el género. En este número, la entrevistada ha sido Carme Torras, conocida en el fandom catalán por su novela La mutació sentimental, ganadora del premio Pedrolo y muy recientemente del I Premio Ictineu- hay que decir que la entrevista fue realizada por Sergi Viciana antes incluso que las Ter-Cat comenzaran a preparar el mencionado premio, así pues toda una casualidad o quizás un encomiable olfato literario por parte del equipo de Catarsi-. La entrevista repasa la por ahora escasa carrera literaria de esta profesional del ramo de la robótica. Se detiene especialmente en la construcción de la novela y los personajes y en las expectativas futuras dentro de la literatura. Muy interesante para conocer un poco más qué nos puede ofrecer esta autora.
Seguimos con los relatos: Sònia Boj nos presenta "Decodificació aberrant", uno de los mejores relatos de la recopilación, que bebe de fuentes como 2001 para ofrecernos una historia entre erótica y terrorífica - sus momentos finales me han recordado ciertas escenas fogosas de la erótica-festiva novela Mugrons de titani- sobre la relación entre una inteligencia artificial que opera como casa domótica y su creador. Está bien narrada, con ritmo y sin detenerse en explicaciones innecesarias. Una buena pieza en este puzzle catársico.
"Fujo de la superfície" de Adolf Boldú es una de las narraciones más trabajadas del conjunto del Catarsi 2. Quizás a veces un poco cargada y barroca pero sin perder nunca el ritmo. Una joven decide irse voluntariamente de la Tierra con unos alienígenas que se ofrecen a evacuarla, pues parece que el fin del mundo se acerca. Resulta además una crítica y una esperanza a la vez. La primera va dirigida al actual sistema globalizador que no deja ver tres en un burro a los gobiernos del primer mundo y cierran puertas a un espíritu humano reprimido. La segunda, la esperanza, da alas precisamente a este espíritu, a esta humanidad perdida en un mundo -el nuestro- volcado a la autodestrucción ya la desconfianza sobre cualquier posibilidad de ayuda.
Eugeni Guillem repite y vuelve a tener un cuento suyo en la revista. En este caso se trata de "La volta del judici final" un relato que podría haber sido mucho más, dadas unas premisas iniciales bastante sugerentes, pero que se queda a medio camino. Demasiados nombres extraños que lastran la narración acompañan a una historia donde unos alienígenas que practican la esclavitud de una raza inferior -donde su nombre lo dice todo pero- excavan una estructura metálica encontrada en un planeta desértico. Repito que el cuento hubiera podido dar más de sí, sabiendo lo que es dicha construcción, pero la idea se pierde entre batalla y batalla. Aun así, el final está resuelto con coherencia.
"A través de la reixa" es el cuento debut de Maria Muñoz, una historia malsana que se mueve entre el fantástico y el terror y que según palabras de la autora debía formar parte de un proyecto de cuentos estructurados como un fix up centrado en las tumbas de un cementerio. Este es uno de los cuentos y nos traslada a rememorar los últimos días de Matilde, una joven atrapada en una guerra y coaccionada por un padre sin principios. Consigue que te revuelva el estómago y que la sensación de "mal rollo" se engancha un cierto tiempo, cosa de la que no todas las historias de terror pueden presumir.
El Catarsi num. 2 también incluye un artículo, presentación de la asociación Quimera, una entidad que desde 2002 se encarga de reunir a los jóvenes alrededor de las mesas de rol, o de hacerles participar en rol en vivo y diferentes torneos. El cine fantástico también entra proyectando diversos ciclos de películas en el centro Garcilaso, y desde hace un tiempo también se ha creado un concurso de narrativa fantástica. Así pues, una buena manera de conocer las actividades de esta asociación barcelonesa
Llegamos al relato más extenso de todos, "En el fons de l’oceà", de Ramón González. En mi opinión el relato más flojo de la recopilación. "En el fons de l’oceà", es una historia ultraecologista sobre los males que los humanos inflingen a la naturaleza. No es un tema nuevo en este autor; más bien recurrente -hasta el punto que parece ser el único tema sobre el que escribe-. Dejando de lado la loable tarea de advertir del mal camino que lleva la humanidad destruyendo su biosfera, literariamente hablando el relato es prácticamente nulo: su tono marcadamente divulgativo -a veces incluso descaradamente enciclopédico- y su longitud excesiva provoca que uno acabe por realizar una lectura en diagonal sobre una historia de denuncia con poca tensión o interés. Siento decirlo, pero en mi modesta opinión no hubiera incluido este trabajo en la revista Catarsi (una vez más se demuestra la diversidad de opiniones entre los colaboradores, por otra parte positiva); repito, los objetivos del cuento son más que respetables, pero la falta de estilo y la trama inocente no ayudan precisamente a que diferenciemos la narración de un artículo catastrofista del periódico del domingo.
El único relato original en inglés es "Més enllà de tota ajuda” de Frank Roger (Bélgica), una historia simpática y original de viajes en el tiempo. Resulta en cierto modo entrañable descubrir cómo el jardinero protagonista va recibiendo diversas apariciones de un viajero en el tiempo, qua al principio son incomprensibles pero que poco a poco se convierten en claves en la trama. No estamos ante alta literatura, sino de una pequeña obra curiosa y bien llevada que se merece un lugar de honor en la presente revista.
Y finalmente, la obra mejor valorada por los diferentes colaboradores de la revista ha sido "L’home d’aigua" de Alicia Gili, una historia de dones d’aigua (sirenas para los que no estén acosturados a la mitología fantástica catalana) que contiene un leve toque feminista detrás. El único problema que le veo - y reconozco que es una manía mía- es su doble vertiente terrorífica y humorística. El texto camina sobre una ambientación de suspense y de terror bastante trabajada para acabar ofreciendo todo lo contrario. Aunque el resultado sea finalmente satisfactorio uno piensa que si se hubiera mantenido el mismo estilo durante todo el cuento, la resolución aún sería más notable. Este sentimiento -¿Frustración? ¿Desencanto?- recuerdo que también lo tuve leyendo el relato "Camarada pacificadora" de Albert Garcia, donde la magnífica ambientación inicial daba lugar a un chiste que rompía -a mi juicio- la esencia del cuento. Es un relato muy simpático, aunque no mi preferido -otra vez he ido en contra de la mayoría-.
Para terminar, quiero comentar, para quien no lo tenga presente, que soy colaborador habitual de la revista Catarsi (no como autor, sino como jurado seleccionador de los cuentos) y por tanto mis opiniones pueden ser tomadas como poco objetivas pero puedo asegurar que lo que refleja en esta reseña es una extrapolación de las valoraciones que envié en su día al editor de turno.
Eloi Puig, 17/12/09
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