Orgulloso sería un adjetivo bastante adecuado para definir mi sensación para este tercer número de la revista Catarsi. Como todos sabéis formo parte del jurado que selecciona los cuentos para cada revista y si bien en las dos primeras revistas creía sinceramente que algún cuento tambaleaba y que quizás yo no hubiera añadido, en este caso, mi opinión -todo lo objetiva que pueda ser- es que el Catarsi 3 es la mejor de las tres revistas que se han publicado hasta el momento. Además también es el número con más originales escritos en lengua extranjera: concretamente, de los cinco relatos publicados, cuatro provienen de América (EEUU, Argentina y Canadá) mientras que el último cuento y ensayo son de Catalunya.
Buena parte de la culpa la tiene el excelente cuento que abre la revista y que da lugar a la no menos magnífica portada, gentileza de Juan Miguel Aguilera. Se trata de "Ànimes bessones” (Almas gemelas) de Mike Resnisk y Lezli Robyn, un cuento de primerísimo orden escrito a medias por un maestro de la narración corta de ciencia ficción y una autora australiana. Resnick lleva a sus espaldas nada menos que 5 Premios Hugo ganados por sus cuentos. Particularmente lo conocía gracias a la aparición de dos obras suyas en la revista Gigamesh 42, donde quisiera estacar uno de esos cuentos que se merecen un 10: "He tocado el cielo". Pero es que si este cuento se merece la nota máxima, "Ànimes bessones” no se queda atrás y se convierte prácticamente en perfecto.
Es bien cierto que comparar relatos de autores profesionales con otros que intentan introducirse dentro de este difícil mundo es un poco desigual, pero creemos que la vocación principal de la revista Catarsi es ofrecer lo mejor de la ciencia ficción autóctona y foránea en catalán y ante la posibilidad de publicar un cuento de esta magnitud - inédito en el estado español-no podíamos rechazar semejante oportunidad.
"Ànimes bessones” nos habla de un tema clásico: la relación entre el hombre y la máquina, la interacción entre dos mundos que tienen dos maneras de ver las cosas, bajo el efecto de los sentimientos uno y bajo la programación establecida el otro. Pero Resnick nos ofrece una obra sensible, muy en su línea de buscar situaciones delicadas y momentos de inspiración donde una palabra puede modificar un comportamiento, donde una situación dramática puede desembocar en momentos de estallido de alegría. Los diálogos, perfectamente trabajados, son uno de los puntos fuertes del relato, es allí donde un robot encargado de reparar a sus congéneres se va dando cuenta, a fuerza de hablar con un vigilante nocturno cerrado en su mundo de miseria y alcohol, lo que significa la amistad.
Me gustaría destacar especialmente la traducción realizada por Pep Burillo. Un gran trabajo que ayuda aún más a que el relato de Resnick sea impecable.
Continuemos. “Lladre de temps” (Ladrón de tiempo) es uno de esos relatos que llaman la atención por el arriesgado de su tratamiento. Escrito en primera persona ya menudo con expresiones coloquiales tiene un argumento que me recuerda a aquella magnífica película que es Días extraños. También allí, la realidad virtual y la grabación de recuerdos eran el pan de cada día. En este relato, Steve Stanton nos lleva a descubrir el trabajo diario de un ladrón de tiempo, un personaje que se encarga de buscar momentos únicos para capturarlos y venderlos en formato multimedia. De esta forma el mundo puede experimentar sensaciones ajenas cómodamente desde casa. Como es lógico, pero, la humanidad pide cada vez situaciones más extrañas. Un buen cuento con un digno final.
Xavier V. Inglada nos presenta el ensayo ·”Us social de les distopies” (Uso social de las distopías) donde aparte de dejarnos bien clara la diferencia entre distopías y antiutopías, realiza un repaso a algunas distopías clásicas y como recibieron la influencia directa de los tiempos del momento. Una buena aproximación en clave de artículo ensayístico a uno de los subgéneros más reconocidos de la ciencia-ficción.
Probablemente, al comenzar a leer "Eugène" uno se pregunta si el autor es un simple aficionado sin demasiado estilo, pues los diálogos resultan extraños y los pensamientos del protagonista también. En cierto modo, estas primera páginas y salvando mucho las distancias recuerda la obra maestra que es Flores para Algernon. Pero poco a poco a poco, la lectura de este cuento de Jacob Sager va calando en la mente del lector y acaba resultando una propuesta entrañable ideal para los que busquen finales felices. La trama gira en torno al día a día de una pareja de policías bastante especial. Una vez más la ciencia ficción nos acerca a imaginarnos futuros donde la manipulación genética está llevada más allá de nuestra imaginación. Un gran relato.
"El factor Samsa" del argentino Juan Manuel Valitutti es uno de esos cuentos que podemos clasificar como sutiles. El argumento se basa en una invasión extraterreste que está a punto de destruir la humanidad pero la sutileza de la conversación y del último encuentro entre un humano y un alienígena nos aportan elementos casi metaliterarios. No todo el mundo captará el mensaje de Valitutti, la esencia antibélica del relato, tal vez por que todo es demasiado kafkiano, lo cierto es pero que tras la sencillez del planteamiento se esconde un mensaje pacifista que parece sirve para cualquier raza (¿inteligente?) del universo.
Finalmente tenemos el relato “La poma de l’Edèn” (La manzana del Edén) de menut. Un autor que ya repite en Catarsi pues ya publicó el primer número de la revista y que hace poco ganó en la categoría de relato en catalán del II Premi Ovelles elèctriques con uno de sus mejores cuentos. Parece pues que menut se va abriendo paso poco a poco y que sus ideas va ganando terreno entre los lectots. Pero siguiendo con esta línea yo soy más crítico: menut es un autor de grandes ideas - como lo evidencia esta alegoría de cómo se crea una religión a partir de símbolos y de metáforas del pasado- que normalmente empieza los relatos de forma relajada, aportando lo mejor de sí mismo pero que acaba siempre con un batiburrillo de acción desenfrenada que contrasta con la primera parte del relato. Dicho y hecho, este es otro ejemplo. "La poma de l’Edèn” tiene madera para ser una muy buena historia, pero la precipitación y el cambio de ritmo (y también de narrador!) En la mitad de la narración desajusta al lector que no acaba de ver claro el que está pasando. Las últimas líneas ayudan a entender el mensaje que nos quería proporcionar el autor pero repito: Los planteamientos son brillantes, falta un poco de resolución y de contención en el nervio.
Una gran selección de relatos pues, la que animo a leer, tanto para descubrir a escritores consagrados como a los nuevos talentos de nuestro país. Adelante Catarsi!
Eloi Puig, 18/06/10
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