Esta es la última novela que me quedaba por leer del gran George R.R. Martin, al menos de las que están traducidas. Y si he esperado tanto no ha sido porqué no confiara lo suficiente en el autor sino una por diversas influencias que me han hecho dejar un poco de lado el género vampiresco. Me compré la novela en Gigamesh mismo unos meses después de que saliera, calculo que por San Jordi del 2010 pero he tardado ocho años en leerla. Conclusión? Soy idiota.
En su momento (ahora me parece que hace siglos) leí Entrevista con el vampiro de Anne Rice (La edición que tengo, sin embargo, tiene la traducción inicial que era Confesiones de un vampiro) y es un libro que a pesar de su originalidad se me hizo bastante pesado (algunos amigos me dicen que la segunda parte, Lestat el vampiro es mucho mejor, no obstante). Y también me he tragado algunas temporadas de la serie True Blood (que me atrevería a afirmar que bebe mucho de la presente novela), la cual está ambientada también en parte al sur del río Misisipi. En todo caso, estaba un poco harto de vampiros en el bochornoso sur de EEUU y fui relegando a Sueño del Fevre a escalafones bastante bajos de la pila de pendientes. Y aquí viene mi error.
No me considero ningún gran entendido en escritura ni mucho menos en literatura pero tengo la sensación de que si existiera un manual para escribir y estructurar una muy buena novela pondrían como ejemplo a Sueño del Fevre. Y es que Martin sabe tocar las teclas adecuadas en cada momento para que tengamos una novela muy equilibrada que combina acción, crítica política y social, aventura, ambientación impoluta y sobre todo grandes personajes con los que empatizamos desde el primer momento.
Año 1857: El río Misisipi y sus afluentes hierven de actividad. Es la frontera (siempre lo ha sido, de hecho) entre el salvaje oeste y la América prospera, pero también es el eje vertebrador donde la economía de un estado todavía se construye sobre la esclavitud como uno de sus motores principales y por donde se distribuyen mercancías y personas con enormes barcos de vapor. Sí, es la imagen del Tom Sawyer del incorregible Mark Twain y es también la excelente ambientación que nos preparó Martin para una novela de terror sobrenatural protagonizada por vampiros.
El capitán Abner Marsh se encuentra en quiebra económica cuando un misterioso personaje, Joshua York, lo contrata como experto del río y de hecho lo consolida como socio para construir un nuevo vapor: Sueño del Fevre, un barco que podrá competir con los más rápidos del Misisipi. A cambio el capitán Marsch deberá aceptar las incongruentes órdenes de York y sus hábitos especiales como son por ejemplo no dejarse ver durante el día. Sí, como podéis adivinar el autor no esconde al lector la verdadera esencia de los vampiros y de hecho juega a que nosotros sepamos o atisbemos hechos que la tripulación del Sueño del Fevre desconocen.
Martin construye, como decía, una obra completa, casi perfecta sobre la historia de EE.UU. unos cuantos años antes del estallido de la Guerra de Secesión. La dicotomía entre amo y esclavo es una constante en todo el libro pero no sólo a nivel histórico entre los estadounidenses y los esclavos provenientes de África que les sirven sino también en en la estricta sociedad consolidada durante siglos entre los reyes vampiros y sus acólitos. Una mirada doble, pues, que Martin sabe llevar muy bien a través de los ojos de personajes emblemáticos como el mencionado capitán Marsch que con el talante arisco, su malhumor permanente y su visión de la vida nos gana el corazón desde el primer momento o por ejemplo Billy Vinagre, el sicario con mirada perturbadora o incluso los mismos vampiros que poco a poco vamos conociendo, así como sus secretos y su procedencia. Todos ellos son personajes de gran impacto pero que se mueven dentro capas de gris, todos ellos tienen motivaciones personales que los hacen actuar como lo hacen, o poseen una historia detrás que Martin se encarga de sacar a la luz cuando hace falta.
Sueño del Fevre es pues muchas cosas, pero ante todo es una novela que se adentra en las pasiones (aquellos sentimientos exacerbados, vitales que tanto gustan al autor), tales como el odio, la envidia, la melancolía y sobre todo el ansia, la fiebre incontrolable que afecta a varios personajes, sea para beber sangre humana y poder continuar subsistiendo, sea para capitanear un vapor por el Misisipi y dejar con un palmo de narices a los competidores. Esta obsesión es descrita de forma magistral por Martin y es uno de los puntales desde donde entendemos las motivaciones de los personajes para dirigir su vida por un camino que a veces parece marcado, como si no pudieran evitar su destino.
No desvelaré más del argumento pues como todo buena novela que busca el equilibrio que mencionaba antes el autor sabe combinar la incertidumbre de conocer las motivaciones de cada personaje con la dura realidad que nos ofrece Martin cuando lo cree conveniente, pero eso sí, aderezándolo con clifhangers marca de la casa, situaciones tensas y momentos más relajados donde el autor aprovecha para profundizar en la psique de los personajes.
Sí que es cierto también que antes del final encontramos un capítulo que rompe el clímax, esta carrera constante de ritmo in crescendo ya que el autor resume los años de la guerra de Secesión de una manera más distanciada que hasta entonces. Parecía que Martin (por otra parte es una persona muy interesada siempre en la historia de todo lo que narra, y sino leed el cuento "La fortaleza") no quisiera desfigurar los hechos ocurridos durante la guerra con su historia vampiresca, como si se tomara un paréntesis para luego atacar con todas sus fuerzas en el tramo final de la novela.
Es igual, haga lo que haga Martin, le sale prácticamente siempre bien. Y esta, su segunda novela tras la también magnífica Muerte de la Luz, no es una excepción. Si os gusta el autor y deseáis conocer su faceta como escritor de terror no os lo perdáis. También podréis encontrar otras historias en formato más corto de marcado acento terrorífico en la recopilación Híbridos y engendros. Martin, una vez más, demuestra que es un autor que hay que leer más allá de la saga de Canción de Hielo y Fuego
Eloi Puig
30/06/2018
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