Tengo que reconocer que me estrené con la obra de Jiro Taniguchi de la mejor manera posible leyendo esa gran historia que es Barrio lejano. Eso propició que a pesar de tener otros cómics de este autor por casa no me lo pensara dos veces a la hora de comprar La Montaña mágica cuando la vi en una librería. De hecho fue un regalo para mi pareja, la cual ha disfrutado mucho de historias como El almanaque de mí padre.
Pero no es oro todo el que reluce. Sería injusto comparar La Montaña Mágica con Barrio Lejano por el simple hecho de que considero a la presente obra más dirigida hacia un público juvenil y por lo tanto esta debe ser la principal razón por la cual he encontrado el guión demasiado sencillo. Taniguchi es tanto guionista cómo dibujante de una historia ambientada en su pueblo natal. Allí dos hermanos ven como su madre se marcha a la gran ciudad para operarse y como la vida se va volviendo triste a medida que parece que esta no acaba de recuperarse. Aquí juega un papel importante el retrato que suele hacer Taniguchi de los rostros de sus protagonistas... con aquel aire perpetuo de melancolía y tristeza que junto con su estilo realista parece siempre que estemos leyendo un drama con mayúsculas.
Pero la vida en el pueblo aporta otras sorpresas a los hermanos al descubrir una salamandra gigante que tiene poderes telepáticos y que clama ayuda con urgencia. A partir de aquí las aventuras se sucederán, todas de forma amable, desentendidas, insertando parte de la mitología fantástica nipona en la historia y usándola para que el autor pueda narrar una trama sencilla y campechana.
Quizás este punto, como decía antes, es el que me ha dejado más frío. El guión es efectivo pero poco desarrollado, más pensado para chicos y chicas que empiecen a leer manga que para un público más exigente. En cambio el dibujo - a todo color- es espectacular y lleno de detalles, más próximo al anime incluso.
Una lectura plácida y rápida, sobre una historia que no pasará de ser correcta. Interesante especialmente para los más jóvenes y alejada de la filosofía implícita de otras obras como la mencionada Barrio Lejano.
Eloi Puig, 10/07/09
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