Montserrat Galicia ganó el premio Manuel de Pedrolo de Ciènci ficció del año pasado con Estirant el fil escarlata, una historia de viajes en el tiempo pero que centra su atención más en las relaciones personales que con las paradojas temporales
La misma autora no define la novela como una obra de viajes en el tiempo, ni tampoco como policíaca como algunos opinan dado algunos puntos de la trama argumental. Yo estoy de acuerdo con la segunda afirmación (no tiene nada de novela negra) pero sí creo que es una novela que explora algunas posibilidades de los viajes en el tiempo sin que esta premisa resulte ni mucho menos el hecho más trascendental de la novela.
La acción de Estirant el fil escarlata se reparte entre el presente y el pasado. En nuestros tiempos una autora con una lesión que le impide hacer vida normal dedica parte de su tiempo a transcribir las extraordinarias vivencias que un misterioso personaje le narra. La historia que relata es una serie de viajes en el tiempo que trasladan al protagonista desde un callejón oscuro de la ciudad de Cervera al Londres victoriano a través de lo que parece un agujero de gusano estable. Allí, en el pasado y la extraordinaria ciudad de Londres de finales del s. XIX nuestro protagonista conocerá antepasados suyos y se verá inmerso en una situación delicada en torno a un famoso personaje de la época.
Y es que Montserrat Galicia ha preparado una aventura que juega a dos tiempos y lo que es más importante: Nos sentimos igual de cómodos en el uno como en el otro. La prosa de la autora es efectiva en el sentido que nos hace sentir buenas vibraciones con situaciones de realismo cotidiano, tanto si es en la Barcelona del siglo XXI como el Londres del siglo XIX. Tan a gusto que devoramos la novela sin pensar en nada más aunque los hechos que ocurren no son extraordinarios ni especialmente sorprendentes (si dejamos de lado el viaje en el tiempo en sí).
Leyendo Estirant el fil escarlata me ha recordado su última novela de ciencia ficción: El vent entre los Saguaros: No por su trama naturalmente, sino por una prosa modélica y amena en un entorno mesurado pero donde también he encontrado de menos la falta de tensión, la intriga o los giros argumentales. De hecho, dejando de lado la premisa inicial enseguida nos situamos en la época e intuimos hacia donde irán los tiros. No importa sin embargo, que falten los hechos sobrecogedores o sorprendentes; quizá sí un poco más de tensión argumental (que sólo se da en algunos breves pasajes del final de la novela) hubiera dado más vida a la historia. Montserrat Galicia no escribe una novela de aventuras, si no una historia relajada que baila entre la búsqueda del pasado familiar y la morbosidad de conocer a tus antepasados.
Sin embargo, el objetivo de la autora, como ha dicho en más de una ocasión, no era construir una novela de intriga en el pasado, ni siquiera especular demasiado sobre las posibilidades de viajes temporales; sino más bien escribir una historia de relaciones personales con guiños hacia la literatura (en la novela aparecen personajes como Arthur Conan Doyle o una jovencísima Virgina Wolf por ejemplo o ya en nuestro presente claras referencias a la autora Rosa Fabregat ) pero sobre todo es un homenaje a una época que la autora admira: la explosión de ideas y de conocimientos de finales del s. XIX y comienzos de s. XX, unas décadas donde la ciencia y también el misticismo proporcionaban largos debates pero donde también la literatura estaba de enhorabuena con autores con Dickens, Doyle, Wilde, Stoker y tantos otros.
En la lectura de Estirant el fil escarlata nos toparemos pues con una trama que quiere ser simple a pesar de los viajes temporales y que a pesar de que posee una paradoja que no encaja del todo, acaba resultando una lectura entretenida y centrada en los personajes, por la que aquella comodidad de la que hablaba será tal vez la sensación que más valoraremos de la novela. A diferencia de otros acercamientos de viajes en el tiempo al Londres victoriano como Las Puertas de Anubis de Tim Powers o la famosa Trilogía Victoriana de Félix J. Palma, Estirant el fil escarlata no ha pretendido relatar un estallido de aventuras o de especulaciones y se ha contenido centrándose en las percepciones y los sentimientos del protagonista.
Eloi Puig,
14/10/2017
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