No suelo leer biografías.
De hecho, nunca me han atraído especialmente, a menos que admirara a la persona en cuestión por algún motivo u otro. Sin embargo, siempre he tenido la sensación de que las biografías deben ser más o menos aburridas. Esto, obviamente, lo constato desde la ignorancia...porque, como he dicho, no suelo leer biografías.
Por suerte, he roto esta norma con la biografía autorizada de Terry Pratchett. Debo decir que este volumen de vivencias y hechos dedicados a la vida del genial escritor británico tiene un hecho diferencial que le otorga, aún más, un valor especial: la obra la ha escrito Rob Wilkins, el que fue su mano derecha, su confidente, su amigo durante más de veinte años. Quien trabajó codo con codo con Terry desde prácticamente el comienzo de su fama hasta su muerte.
Y claro, ésta no es, pues, una biografía cualquiera. Es una visión íntima y precisa escrita por una persona muy cercana a él, y es un libro, como no podía ser de otra forma, repleto de notas a pie de página (1).
Mai Més llibres, la editorial catalana que se ha embarcado en el mastodóntico proyecto de traducir todo el Mundodisco al catalán, es quien nos trajo hace poco más de un año este monumental repaso de la vida de sir Terry Pratchett (también sacó una edición en castellano) y que ya ha ganado un premio Hugo a la mejor obra relacionada con el género. He dicho que hace más de un año que salió y como veis, hasta ahora no la estoy reseñando. Esto se debe a que la he querido ir leyendo a ratos, impregnándome de anécdotas, de alegrías y de las tristezas que nos transmite una obra como ésta. Leyendo capítulos y dejándola reposar (y también intercalándola con obras del Mundodisco, por cierto). Y es que a Terry (2) muchos le tenemos un cariño especial, diferente que a otros autores porque él, no sólo nos trajo buena literatura, sino, además, nos hizo reír, nos cambió y en definitiva formó parte de nuestra post adolescencia —en mi caso— y quizás ayudó a forjarnos un poco como somos actualmente.
Una vida con notas a pie de página se estructura por diferentes capítulos que repasan toda la vida de Terry Pratchett aunque creo que en el fondo podemos separarla en tres bloques bien diferenciados:
La primera parte nos narra la juventud y adolescencia del escritor en su pueblo en Wiltshire, en plena campiña inglesa. De cuando de pequeño no fue un buen estudiante y cómo de repente descubrió la literatura a través del clásico El viento entre los sauces, un libro que le cambiaría la vida. Esa época es muy especial porque —salvando las distancias— nos recuerda muchos hechos paralelos de nuestra vida pasada. Al menos a un servidor le trae recuerdos de muchas aficiones que compartíamos (aunque obviamente en más dos décadas de diferencia). Pero si Terry jugaba a los mismos juegos de ordenador que yo como Head over Heels, Knight Lore... ¡incluso más adelante masacraba monstruos en Doom! ¡O al juego de rol de Dungeons & Dragons! Si también leía a Tolkien, a Asimov, a decenas de autores consagrados... ¡como muchas de nosotros! ¡Pratchett era de los nuestros! Wilkins, a través de las memorias de Pratchett nos traslada a las primeras convenciones de ciencia ficción a las que el autor asistió, a las sesiones de firmas a las que acudió, a los compañeros, amigos, autores que conoció... y piensas... ¡eso también lo hacemos nosotros! (aunque quizás unos años más tarde).
Ésta es una época más o menos plácida, dedicada a lo que cualquier adolescente friki del Reino Unido podía permitirse teniendo un mundo de ciencia ficción y fantasía enorme a su alcance (3). Wilkins refleja muy bien estos años aunque entonces, naturalmente, él todavía no le conocía personalmente. Nos acerca a un par de décadas repletas de sueños y sentido de la maravilla para un pequeño Terry que nunca hubiera pensado en lo que se convertiría.
Los capítulos centrales de la obra nos llevan a descubrir a un Pratchett maduro, que se casa con el amor de su vida (que conoció en un tren mientras ella leía El señor de los anillos), un hombre que sigue devorando libros pero que también trabaja como periodista o en cualquier trabajo que le permitan escribir. Mantiene buenas relaciones con sus compañeros de trabajo, funda pequeños clubs donde hablan de todo, experimentan con juegos (de rol), leen etc. Pero Terry se dedica a su trabajo y a su esposa. Pasan los años y sigue inmerso en proyectos que nunca se acaban realizando. Por último, a principios de los setenta, escribe una novela juvenil que no está mal pero que se queda en pocos cientos de ventas. Wilkins sigue acercándonos a la figura del autor con anécdotas divertidas que el propio Pratchett le confió. Estamos viendo pasar la vida del autor entre los 20 y 40 años aproximadamente.
Pero claro, lo que nosotros deseamos sobre todo es saber más del Pratchett famoso, del autor que rompió récords. La fama de Pratchett se hace esperar. A pesar de escribir las primeras novelas del Mundodisco en 1983 y 1986, la cosa no arranca. Las primeras novelas tienen una clara influencia del humor absurdo y desinhibido que encontró con la obra de Douglas Adams: Guía del autoestopista galáctico. Pero en el tercer volumen del Mundodisco, Ritos iguales, ya empieza a ser otra cosa ya partir de Mort, las ventas se disparan y su carrera literaria cambia para siempre. Los libros se agotan, se reeditan y las ventas se multiplican a ritmos nunca antes vistos y se convierte en millonario prácticamente de la noche a la mañana. Me gusta mucho el concepto de 'millonario horizontal' que expresa él mismo para referirse a que su vida no varió ostensiblemente: Gastaba el dinero en lo que le gustaba pero no en chorradas. Simplemente hacía lo que le aportaba felicidad a una mayor escala. A finales de los ochenta y durante los noventa ya vendía más de tres millones de ejemplares al año y escribía obras maestras de la altura, por ejemplo, de ¡Guardias! ¡Guardias! O especialmente Dioses menores. Y cada vez era más conocido a nivel mundial.
Rob Wilkins nos muestra los interiorismos aquí de cuando le llegó a conocer y cuándo se convirtió en su ayudante personal. Mil y un detalles de cómo escribía, de su mal humor innato, de sus manías (¡a veces se enfadaba por cobrar demasiado!!), su talante complejo. Y Wilson nos lo narra desde una perspectiva fiel, también desmitificando muchas cosas del autor. Lo que fue su asistente personal se convirtió poco a poco en un amigo que le acompañó durante muchos años y que estuvo a su lado cuando en 2007 le diagnosticaron un tipo raro de Alzheimer prematuro. El mayor deseo de Pratchett fue escribir tantos libros como pudiera antes de verse incapacidado. Un autor, pues, que tenía tanto que ofrecer que no le cabía todo dentro y tenía que verterlo por escrito.
(...) Habíamos empezado a trabajar los siete días de la semana con una determinación desesperada por acabar el libro pero sin ver el final. Yo le dejaba tirar millas, ¿qué otra cosa podía hacer? Terry vivía para escribir, y cada día que escribía era un día que seguía vivo. (...)
Sí, hacia el final encontraremos algunos pasajes muy sensibles, duros, que nos harán caer lágrimas sobre el texto. Y es que Rob Wilkins estuvo con él hasta el final, codo con codo. Era ya uno más de la familia y por tanto, sus sentimientos se ven reflejados en cada palabra que ha escrito.
(...) Me contó un sueño que había tenido sobre ambos:
—Tú estabas detrás de mí —me dijo Terry—. Y mi cerebro estaba hecho de arena gris. Y tú intentabas que no se esparciera, pero la arena gris se colaba entre los dedos y no podías. (...)
Ésta es una biografía para los fans, obviamente; pero también creo que es un libro para acercar a una persona normal y corriente que de pronto rompió el mercado editorial (pensad que antes que J. K. Rowling era el autor más vendido del Reino Unido) con unos libros que te hacían pensar y reír a la vez, unas novelas que puedes volver a leer una y otra vez y siempre disfrutarlas (mientras escribo estas líneas estoy leyendo por tercera vez Brujerías por ejemplo). Creo que es casi imposible que alguien se lea esta biografía sin tener ganas de leer algún libro de Terry Pratchett.
Pero a pesar de las más de 500 páginas que tenéis delante, debéis saber que el estilo de Rob Wilkinson es tan cercano, tan bien trabajado que lo último que puedes pensar es que una biografía pueda ser aburrida o poco interesante. El autor escribe con maestría para acercarnos a todos los rincones de la vida del autor. Tanto si sois fans de Terry Pratchett como si no, este libro puede abrirle las puertas a conocer o más profundamente la figura de uno de vuestros escritores preferidos o por el contrario, abriros la imaginación a unos mundos tan espléndidos que nunca os en arrepentiréis.
Vale, mi relación con la literatura humorística de Terry Practhett me cogió en plena efervescencia post adolescente y estas cosas marcan. Y sí, disfruté mucho comentando, riendo, recordando pasajes de muchos de los libros de Terry Pratchett con amigos, parejas etc. Es probable que penséis que mi opinión está sesgada por los recuerdos o por la admiración que le he profesado siempre. Quizás sí, pero eso no quita que sea una muy buena biografía, no os dejéis influenciar.
Y en cuanto a la memoria que tenemos sobre las novelas de Terry... está claro que no todos los libros eran perfectos. Y claro que no todos tenían la misma calidad pero todos te hacían reír de alguna manera u otra, todos te enseñaban algo y todos eran una buena excusa para charlar en torno a una mesa entre varios amigos que tenían la suerte de haberse leído una novela del Mundodisco, y reírse durante horas.
Els Pets ya lo decían muy bien en estos versos (no lo traduzco porqué quedaría destrozaría la rima y la canción)
Potser és cert que només recordem
Allò que ens agrada
Però què seria d'aquestes nits
Sense una bona dosi de nostàlgia, gola avall
Gracias por todo sir Terry Pratchet. Pero también gracias a ti, Rob Wilkins por traernos una biografía seria pero divertida, detallada, amena y llena de recuerdos. Esta obra tiene el don de hacerte reír y llorar a la vez, pero sobre todo de transportarte de nuevo a los mundos que Terry Pratchett creó por nosotros. Sí, para nosotros, sus lectores a los que él admiraba más que a nadie.
Eloi Puig
09/12/2023
(1) Para quien nunca haya leído novelas de su más serie más famosa, el Mundodisco, debe saber que uno de los puntos más divertidos de estos libros eran, precisamente, leer las numerosas notas a pie de página con que el autor nos deleitaba para hacernos reír (todavía) más.
(2) Si veis que a veces no utilizo la palabra sir delante de su nombre no es por falta de respeto... es más bien porque muchos lo tenemos como un referente cercano y familiar.
(3) Mucho más grandioso que el nuestro, hay que decir
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