A menudo hemos hablado que la serie Thorgal combina con maestría la ciencia-ficción y la fantasía, ambos géneros narrados con grandes dosis de aventura. También hay que recordar que aunque normalmente estas aventuras son finitas y se pueden desarrollar en unos o más volúmenes, hay una historia de trasfondo que de vez en cuando el guionista Van Hamme va rescatando: Hablo de los orígenes de Thorgal y su relación con una civilización extraterrestre pero también hablo de los poderes que poco a poco se van haciendo evidentes en su hijo Jolan.
Pues bien, esta saga que se inicia con El Páis de Qâ y que continúa en tres volúmenes más es un reencuentro con estos viejos temas que ya pudimos disfrutar en números anteriores - especialmente en La Isla de los madres helados, El hijo de las estrellas y Alinoé. Una saga que se convierte en la mejor historia de Thorgal hasta la fecha, especialmente por el segundo volumen de ésta, Los ojos de Tanatloc, todo uno referente a seguir sobre guión, ritmo y dibujo en la larguísima serie de Thorgal.
Ya se adelantó al anterior volumen, Los arqueros, que los personajes allí presentados tendrían un papel importantísimo en la presente saga. Y así es: Thorgal y sus nuevos amigos - pie-de-arbol y Tjall el fogoso están pasando una temporada con el vikingo y su familia cuando entra en acción Kriss de Valnor secuestrando a Jolan y Pie-de-arbol. ¿El motivo? Forzar la ayuda de Thorgal para una aventura peligrosa y fantástica. Cuando cumplan la mencionada misión, Jolan será presumiblemente liberado. Y aquí está donde la imaginación de Van Hamme se combina con un Rosisnki increíble y se nos abren las puertas a un viaje hacia América - no descubierta oficialmente todavía- en una apasionante aventura en una de las ciudades-estado mayas donde el pasado de Thorgal tendrá un papel importante pero donde también Jolan descubrirá de lo qué es capaz.
Me vuelvo a referir aquí al magnífico Los Ojos de Talatnoc como el mejor capítulo de esta saga con un intercambio de acción entre Thorgal i Jolan y con un gran acierto de los autores a retratar la ambivalencia de Kriss o la nueva cara de Aaricia que no puede quedarse atrás cuando su único hijo está en peligro. Una historia de pura ciencia-ficción pero perfectamente integrada en la historia de nuestro mundo -recordamos que las incursiones vikingas fueron contemporáneas del periodo post-clásico de las mayas.
Así pues, la saga está compuesta de cuatro volúmenes, donde la principal acción se desarrolla en los tres primeros -El País de Qâ, Los Ojos de Tanatloc y La Ciudad del dios perdido- y el cuarto - Entre tierra y luz- queda para cerrar algunas líneas argumentales - sobre todo la de Jolan- pero de forma menos profunda que los volúmenes anteriores de manera que incluso en algunos tramos se nota precipitada. Del guión nada se puede criticar cómo no sea algún pequeño exceso de casualidades en el argumento pero que si no estuvieran, no habría historia y del dibujo sólo decir que Rosisnki se vuelve a superar a sí mismo en las batallas aéreas y en las selvas centroamericanas. Un estallido de realismo y de detalles que nos hacen vivir la aventura todavía con más devoción.
Eloi Puig, 28/03/09
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