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Es increíble la intensidad con que escribe Paul Kearney para narrarnos las miserias de los reinos de Normannia. Con un argumento protagonizado por un buen abanico de personajes y con diversas ramificaciones, el autor nos presenta lo que hasta ahora es el mejor libro de la saga Las monarquías de Dios: El segundo imperio.
He quedado extremadamente satisfecho al ver cómo los diferentes arcos argumentales se apretando y cerrando en los dos focos de acción de la saga: Las batallas intrareligioses entre ramusianos y merduks y los misteriosos asuntos que se van cocinando a fuego lento en el continente occidental y que parece empiezan a repercutir en el reino de Hebrion.
Paul Kearney ha ido variando su discurso a medida que ha avanzado en las tramas. Si al comienzo parecía que la saga ofrecía una crítica -bastante explícita-al poder religioso ramusiano - lo que equivaldría a nuestro catolicismo-, ahora parece haber tocado el cielo presentándonos múltiples dualidades, todas las cuales son tratadas en mayor o menos extensión en este cuarto volumen: La dicotomía entre magia y racionalidad, las diferencias sociales entre nobleza y plebeyos, el choque cultural del mundo occidental y el mundo oriental - representado aquí por la religión ramusiana y merduk respectivamente-... todo ello regado de intrigas de palacio, traiciones, amistad, amor, guerra, muerte y destrucción. Una aventura con toda la épica posible!
Hay que volver a destacar el enorme trabajo que realiza el autor al describirnos las batallas, los enfrentamientos y las tácticas militares. Son la base bajo la que se sustenta una buena parte de la historia de la saga y no podía dejarse a lo loco. Kearney tiene aquí un plato fuerte, no exento también de moralidad y de reflexión hacia la guerra en sí. Quizás por apartarse momentáneamente de sus personajes principales y de la visión global en que a menudo se viven las batallas, a menudo sólo hablando de miles de muertos de un bando u otro, Kearney dedica todo un capítulo a enseñarnos cómo viven los habitantes de un pequeño pueblo la llegada de un ejército enemigo. Es aquí donde el dramatismo y la tensión de El segundo imperio llega a las cotas más elevadas. Magnífico.
La intensa prosa de Kearney nos atrapará y nos acercará de forma poco habitual y muy empática en la mayoría de personajes - incluso los que luchan en el bando contrario-. Kearney sabe racionar perfectamente las dosis de diálogo, los pensamientos íntimos y la descripción en tercera persona de forma que sin crear cliffchangers de forma explícita - excepto en los magníficos capítulos finales- siempre consigue crear ansiedad en el lector por saber qué pasará a continuación.
Quizá me hubiera gustado que las tramas del centro del continente - con las órdenes inceptinas armándose y los enigmáticos fimbrios confabulando- y las del oeste –en el reino de Hebrion-, se hubieran desarrollado más pues aunque los papeles están bastante repartidos parece que el autor tenía predisposición para avanzar más con las historias que ocurren en el este del continente - especialmente alrededor de su personaje más icónico, Corfe- pero esto se debe probablemente a que el último volumen - Naves del oeste - será el que cierre los hilos argumentales que faltan alrededor de Hawkwood, el rey Abeley, y todos los asuntos más de carácter mágico.
Señores, nos encontramos ante la mayor serie de fantasía épica de los últimos tiempos que ha sido traducida íntegramente al castellano. Una saga que guarda un equilibrio sublime entre personajes y sobre todo entre subtramas. Y por ahora, el presente volumen es el que ha sabido aprovechar mejor la confluencia de historias que se iniciaron en aquel ya lejano El viaje de Hawkwood. Ahora nos toca esperar la llegada de las Naves del oeste. No dudo que estará a la altura.
Eloi Puig, 17/12/11
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