Es imposible no que quedarse mínimamente asombrado al contemplar la cubierta de Mañana Todavía. No sólo por la enigmática ilustración de la parte superior de la portada, si no por los nombres que aparecen - por orden alfabético- en la parte inferior. Nombres todos ellos conocidos o que deberían ser conocidos por todos dentro del panorama fantástico del estado español. Una elección de autores difícil de mejorar que ha ido a cargo de Ricard Ruiz, el cual es buen conocedor no sólo de sus carreras como escritores sino también del fantástico en todos sus ámbitos, lo que aseguraba un mínimo de calidad en la presente antología.
Como ya sabréis, Mañana Todavía es una antología de cuentos dedicados a uno de los subgéneros de la ciencia ficción que más cerca está del mainstream: la distopía, la capacidad de recrear un futuro - lejano o no- donde la sociedad se encamina poco a poco hacia el colapso, la destrucción, la involución en definitiva del estado del bienestar que tenemos hoy día. Esto dicho en cursiva pues para muchos las distopías están empezando en nuestros tiempos.
Es sorprendente también comprobar como la elección de una temática como son las distopías puede generar cuentos tan diferentes y contrastes tan dispares entre los autores. Cuentos tan enfocados al futuro inmediato, como a largo plazo; distopías de tipo clásico y otras totalmente innovadoras, relatos de tono humorístico y relatos marcadamente duros o faltados de alegrías. Todos ellos forman muchas maneras de ver el futuro. Algunas de creíbles y otros probables. Otros inverosímiles pero que no dejan de aportar un punto de reflexión que siempre podemos aplicar a nuestra actualidad inmediata. Vamos a comentarlas una por una y de paso aprovecharé para repasar mis carencias sobre los autores:
El primer relato es de Laura Gallego, conocidísima autora de fantasía juvenil que todavía no había tenido el placer de leer. Y el estreno no hubiera podido ser más favorable por mi parte: "WeKids" es una distopía centrada en el uso exagerado de las redes sociales y las nuevas tecnologías. La idea de una red social para niños es simplemente genial. Tecnología al servicio del espectáculo que recuerda algunos episodios de la imprescindible serie Black Mirror. Gallego abre la antología con muy buena nota ofreciendo una obra de perfecto acabado que evidencia que la ciencia por desgracia no acompaña el bienestar de la sociedad y su uso puede resultar tan beneficioso como desastroso.
De Emilio Bueso tengo su novela Cenital esperando en la pila que el tiempo me permita leerla. Autor proveniente más bien del terror y de tonos oscuros nos presenta "Al garete", un cuento más bien post-apocalíptico más que distópico. La humanidad sobre una marea de balsas y barcos a la deriva. Cuento duro en algunos momentos donde el autor hace gala de su fama, pero al que le falta un objetivo, un mensaje. Me parece incompleto en algunos aspectos.
"2084. Después de la Revolucion"de Elia Barceló es en cambio una distopía de aires clásicos que a pesar de las referencias a la obra de Orwell, tiene más en común con Un mundo feliz de Huxley. Me ha parecido interesante y con un final bastante demoledor y bien llevado. El relato, pero, está relleno de ciertas casualidades que le restan credibilidad. Cuento muy pesimista con el futuro de la humanidad. Tiene también una estructura que enfoca el problema de forma demasiado didáctica, poco sugerente. Sin embargo la cría de seres humanos como si fueran animales de granja es un tema muy interesante. Conozco, por desgracia también, poco la obra de Barceló. Excepto por un excelente cuento que leí en su momento, "La quinta ley", tengo también su última apuesta, Anima Mundi, en la pila.
Probablemente el cuento más inclasificable de la recopilación sea "Instrucciones para cambiar el mundo" de Félix J. Palma, un autor más que conocido por todos debido al éxito de su trilogía victoriana (de la que está a punto de publicar la última parte ). Esta es una historia típica sobre revoluciones y cambios en un mundo distópico pero bajo el prisma del humor y el absurdo. El autor juega a ofrecernos lo que queremos oír pero de una forma que no nos esperábamos. Un mundo que es una metáfora de cualquier sociedad que se queda anquilosada en su su presente continuando aplicando leyes absurdas, sin mirar más allá, sin atreverse a cambiar ya utilizar la lógica. Utiliza como es normal en él su lenguaje barroco y retorcido, lírico incluso. Muy bueno.
"El error" de Rosa Montero es el único cuento que no ha sido pedido por encargo y que ya había sido publicado anteriormente - aunque no en libro-. Una historia corta con ingredientes propios del subgénero de la inteligencia artificial que juega con el efecto del final sorprendente. Bien atada pero quizás un poco demasiado poco elaborada argumentalmente. Le falta un poco de ambientación para imaginarnos realmente las penurias que sufre esta sociedad futura.
Juan Miguel Aguilera es uno de los autores que conozco mejor de la presente antología. Sus aventuras fantásticas y especialmente su saga espacial de Akasa-Puspa son novelas que todo el mundo debería tener en la biblioteca. Hacía unos años que le había perdido la pista hasta que la he reencontrado recientemente, también de la mano de Fantascy en Simbad en el país del sueño. El cuento "Limpieza de sangre" es una distopía muy original enfocada a la religión. El mundo occidental ha perdido la batalla contra el virus del Ébola (también hay que decir que el tema es de máxima actualidad) y el islam se ha instalado en áreas como la Península Ibérica. Los nuevos estados musulmanes controlan la enfermedad y la persiguen pero al mismo momento han impuesto una estricta ley islámica que margina a las mujeres. Un punto interesante pues para ver como la parte mundial femenina queda recluida bajo las normas impuestas por la sociedad. Un poco lo contrario de lo que hizo Kim Stanley Robinson en la Ucronía Tiempos de arroz y sal donde la sociedad islámica se desarrollaba de forma muy diferente sin la influencia europea. Una historia bien narrada con un final quizá precipitado. Notable
Esta es la primera obra que leo de Marc Pastor en castellano. Hasta ahora había tenido el placer de acercarme a su mente culturalmente dispersa a través de El año de la Plaga y de la reciente Bioko. El relato que nos ocupa, "Camp Century", no decepciona en absoluto las expectativas y recrea una sociedad que tiene que vivir en condiciones climáticas adversas para huir de la invasión de unos seres espaciales. Parece marca de la casa. No deja de ser una historia ambientada en la mencionada El año de la plaga. La distopía, pero, no deja de ser inverosímil para un planteamiento que a priori parece poco creíble: Comprobar cómo la gente sobrevive como puede en el polo norte pero procurando no perder la imaginación leyendo cada día, una obligación. Las últimas palabras del cuento parecen otorgar significado a todo el relato y proporciona un final enigmático muy bien hallado.
De Rodolfo Martínez puedo afirmar con contundencia que me lo está haciendo pasar muy bien en los últimos meses. Hace unos diez años leí la nada despreciable novela cyberpunk El sueño del rey rojo pero todavía no entiendo como me dejé escapar sus apuestas personales para Sherlock Holmes. Pero este año, después de disfrutar con Las astillas de Yavé, le ha tocado el turno al cuento "En el ático", un relato de acción protagonizado por una mercenaria que me recuerda a "V", la detective que aparecía en la mencionada Las astillas de Yavé. La distopía aquí se intuye en forma de grandes corporaciones que gobiernan el mundo desde los áticos de sus pirámides (literalmente). ¿Un guiño al cyberpunk de los noventa? Una buena historia que parece utilizar la distopía sólo como escenario de una trama más enfocada a la genética pues no profundiza sobre lo que pasa en la sociedad. Sólo sabemos que la población se estratifica en pisos dentro de una pirámide y que cuando más arriba más poderoso eres. En el fondo esta estructura no deja de ser una metáfora sobre el reparto de las riquezas donde la inmensa base sustenta los cuatro poderosos de turno. La historia tiene un final, pero, que se deshace del subgénero distópico para aventurarse en la genética y la clonación humana.
"La inteligencia definitiva" de Jose Antonio Merino es muy diferente - otra vez-. Aunque nos topamos con una historia 100% distópica en base esta vez de profetizar el terror tecnológico en que nos pueden llevar los móviles, la historia cuesta que enganche al principio. Es una idea interesante demasiado sustentada al comienzo por una narración sobre el pasado de la sociedad que nos muestra el cuento. Cuando la trama vuelve al presente y se pone interesante hay un corte que te deja un poco frío y eso creo que trastorna un poco su lectura. Pero la premisa es buena y daría por una historia más larga o más evolucionada. Creo que se ha quedado corta.
De Susana Vallejo puedo hablar bastante más pues la he seguido de cerca desde que publicó hace unos años la tetralogía de Porta Coeli. Aunque yo me decanto más por su distopía Switch in the red, afirmé curiosamente en su momento que su obra más redonda era El espíritu del último verano, de carácter más juvenil. Estoy ahora a punto de comenzar su penúltima novela, Calle Berlín 109 pero antes me ha pasado por las manos "Gracia". Y me ha gustado. Mucho. Más quizás que ninguna otra cosa que haya leído nunca de ella. De todas las distopías elegidas por Ricard Ruiz, creo que esta es la que mejor define el término. Quizás porque no escoge centrarse en una premisa de ciencia ficción (tecnología, catástrofe natural, religión, Invasiones, inteligencia artificial) para narrarnos la historia. Si no en la decadencia propia de la sociedad actual, una involución que empieza a dar miedo; no tanto por una causa externa si no por la propia naturaleza destructiva de la especie humana. Por un lado mezcla con eficacia la descripción de un degradado barrio de Sants con una elegancia y sensación de pertenencia única, con una trama durísima que sólo sobresale al final del cuento y que pone de manifiesto que la decadencia de la sociedad está en todos los ámbitos en esta Barcelona futura y distópica.
"Colapso" es el cuento de Juan Jacinto Muñóz Rengel, otro autor que descubrí el pasado año con su sugerente El sueño del Otro. "Colapso" también quiere jugar un poco con la incertidumbre y con el exceso de información que nos proporciona la tecnología que paradójicamente puede llevarnos a más confusión. Parecen elementos que gustan bastante al autor. En este caso, la historia también recuerda un episodio de Black Mirror, pues la tecnología está muy presente. Pero como decía el exceso de la información también puede ser un motivo para que la sociedad quede atrapada en un rumbo enfermizo e incierto.
Dejamos la joya de la corona para el final. "Los centinelas del tiempo" de Javier Negrete, del que sólo he leído una excelente novela como es Señores del Olimpo. Y sí, también me hubiera gustado seguir su serie de Tramórea, pero uno no tiene tiempo para todo. Esta novela corta es de las que te hace salir la rabia dentro. Muy cerca de clásicos distópicos como Farenheit 451 nos explica cómo la sociedad de nuestro país ha evolucionado hacia un modus operandi terrible a base de buscar la igualdad total entre sus miembros. Como un estado comunista explotado hasta las últimas consecuencias, que llega a límites absurdos, alejados de toda lógica. Pablo es un niño normal que estudia en una escuela donde se promueve de cerca las teorías igualitarias que paradójicamente recortan cada vez más libertades a los individuos, cambian el lenguaje hablado, mutilan las novelas (por llevar lenguaje poco adecuados etc ...) y propician la falta de libertad de expresión. Los profesores y los alumnos son vigilados de cerca por la técnica de igualdad, y quien se opone es separado de la sociedad de una forma u otra. Una distopía en toda regla que ciertamente al principio parece exagerada pero que quiere criticar precisamente el pensamiento único y la falta de diversidad. Pablo y su profesora se rebelarán contra el status quo pero las consecuencias no tardarán en llegar. Excelente, sin duda.
Doce distopías para el siglo XXI, anuncia la portada. Doce formas de entender el futuro de forma negativa, pero doce gritos, doce denuncias para qué el lector saque conclusiones ... y quizás si alguno de estos desgraciados mañanas llegara a volverse visible, podamos tener herramientas para enfrentarnos a él, que nunca se sabe. Mañana Todavía es una gran antología, llena de grandes nombres y grandes historias. Que en menos de cuatro meses ya se anuncie una segunda edición lo evidencia.
Eloi Puig,
09/24/14
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